fuente:www.cordobainternacional.com
Este 1 de febrero, por tercer año consecutivo, se conmemora el Día Internacional del Hiyab. Una iniciativa que partía desde Nueva York de la mano de la joven Nazma Khan en 2013, invitando a musulmanas y no musulmanas de todo el mundo a apoyar a las mujeres que viven su día a día con el hiyab, teniendo que soportar el rechazo de parte de su sociedad, la incomprensión, la discriminación y a veces el insulto directo.
Para este año desde la plataforma de organización del Día Internacional del Hiyab, dirigida por Nazma Khan, se tiene como objetivo conseguir diez millones de participantes en un evento que busca “fomentar la tolerancia religiosa global a través de informar sobre el Hiyab”, para ello se anima a “mujeres musulmanas y no musulmanas en todo el mundo a utilizar el hiyab por un día, a fin de experimentar lo que se siente utilizando este atuendo”. Se espera que el evento sea seguido en más de 116 países de todo el mundo.
En la página oficial de organización de esta jornada reivindicativa de derechos como son el respeto, la libertad religiosa y la igualdad, www.worldhijabday.com, se pueden leer y escuchar los testimonios de mujeres musulmanas y no musulmanas que han participado en esta iniciativa en años anteriores. Las historias reales de la vida de mujeres con hiyab, y lo que ello ha supuesto en su día a día también se hacen hueco en la página web.
Los días mundiales se han implantado como jornadas de reivindicación, para que por lo menos un día al año el mundo sea consiente de una realidad, un problema, un derecho al que el resto del año se le da la espalda, y parece olvidado. Miles de mujeres alrededor del mundo, principalmente en nuestras sociedades occidentales, donde tenemos como un valor fundamental de convivencia la libertad individual, se ven discriminadas y excluidas del ámbito educativo o laboral por ejercer su derecho a la libertad, a la libertad religiosa y de creencias y a la libertad de vivir de acuerdo a esas creencias. Así que por éstas y otras razones, se hacen muy necesarias este tipo de iniciativas. Puesto que, todavía hace falta mucho trabajo para que podamos vivir de acuerdo a nuestros principios, y para aceptar que el derecho a la libertad engloba y ampara el derecho a la diferencia, el derecho a que otros ejerzan su libertad de modo diferente a cómo lo haríamos nosotros
