Por Lic. Heba Viera Smith
En Uruguay, un país de 3 millones y medio de habitantes, a pesar de estar conformado por una población religiosa y étnica heterogénea, los habitantes de diferentes credos religiosos y razas son víctimas de discriminación.
Como la mayoría de los países de Sud América, Uruguay está conformado por un 94,5% de inmigrantes europeos, un 3,1% de mestizos, 2% de mulatos y 0,4% de otras razas.
Es decir que su población es heterogénea si bien la mayoría de la población es blanca.
Por otro lado, en relación a los grupos religiosos, existe una gran variedad de cultos religiosos y sectarios, la diversidad va desde el catolicismo, cristianos, judíos, musulmanes, bajai, budistas hasta religiones afrobrasileñas.
En la actualidad hay más de 70 religiones, lo cual habla de la libertad de culto, en donde los diferentes cultos se respetan y hay un clima de tolerancia social.
Uruguay es uno de los países más seculares de América Latina, pues el Estado es laico, donde se respeta la libertad de cultos. El laicismo se establece en la Constitución de 1919, como respuesta al proceso de secularización que había impulsado José Pedro Varela en 1877, con el Decreto de Ley de Educación Común, donde se eliminaba la obligatoriedad de la educación religiosa en las instituciones educativas.
La Constitución uruguaya prohíbe cualquier tipo de discriminación por razones religiosas, pues a pesar de ser un estado laico existe, como dijimos, la libertad de religión y de cultos.
La intolerancia racial ¿existe en Uruguay?
A pesar de la diversidad étnica existente en Uruguay hay algunos hechos que denotan la segregación racial en algunos ámbitos públicos y privados.
Hoy en día es muy difícil el acceso de gente de raza negra a los centros de educación terciaria. Podemos contar con los dedos de la mano los jóvenes de origen afro que llegan a culminar sus estudios terciarios. Como así también es muy difícil que logren puestos de trabajo de jerarquía, lo cual no está de la mano con la capacidad de la persona sino que simplemente está relacionado con el color de la piel.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censo, en Uruguay viven 164.000 negros y el 64% se encuentran bajo la línea de pobreza.
En los últimos tiempos se logro que una persona de origen afrodescendiente llegara a un puesto de poder como ser el caso del diputado Edgardo Ortuño, el cual es referente de su grupo étnico y ejemplo de lucha.
Con la presidencia del Sr Tabare Vazquez, cuando asume Ortuño como diputado se logra declarar el 3 de diciembre el Día Nacional del Candombe, la Cultura Afro uruguaya y la Equidad Racial.
Si bien la mayoría de la población mantiene cierto respeto por la población afrodescendiente, algunas personas racistas tienen actitudes discriminatorias basadas en la ignorancia de los mismos.
Un ejemplo de esto es el caso que ocurrió recientemente en Montevideo, cuando una mujer brasileña de origen afro fue discriminada por su color en un autobús por otra pasajera que le grito “no me toques negra sucia”.
El 18 de mayo del corriente año, Luciana Sampaio una mujer afrodescendiente fue insultada y discriminada por una pasajera de origen blanco. La Sra Sampaio dice que cuando se fue a sentar al lado de la Sra que luego la insultará, la misma se corría contra la ventanilla para evitar el contacto físico. La Sra Luciana también comenzó a sentirse incómoda al notar que "ella no quería que yo tuviera ni un solo roce con su ropa, lo que era casi imposible".
"Yo estaba con mi cartera en la izquierda y en la otra mano tenía mi carpeta de trabajo. Sin ninguna intención le rocé el hombro para darle pasada hacia el pasillo. Fue entonces cuando ella, sin ninguna consideración, me dijo: 'no me toques, la gente como vos es sucia'", relató Luciana
Según relata Luciana en su declaración policial, ella le preguntó a la joven si ella era racista a lo que la agresora le contesto: “ los negros son todos sucios” , y le pidió que no la tocara.
Tanto Luciana como su agresora descendieron en el mismo lugar, en ese momento Luciana le pidió que la acompañara hasta donde estaba una policía femenina, pero la agresora se negó, entonces, Luciana la tomo del brazo y la llevo hasta la policía y le explico lo sucedido. La agente le pregunto a la joven si ella era racista, la misma lo admitió y ratifico en la comisaria.
Luciana dice que ella denuncio este hecho y fue asistida por un abogado del Movimiento Negro de Montevideo, para que se haga justicia aplicándose la ley antidiscriminación de Uruguay, y agregó “No quiero que ninguna persona sea discriminada, humillada e irrespetada como me tocó a mí esta vez".
Un hecho de esta índole en este siglo XXI es algo inaudito, es increíble que todavía haya personas racistas, intolerantes que se sigan creyendo superiores a otros solo por tener un color de piel diferente.
Como dice un hadiz del Profeta Muhammad (BPD): “Los hijos de Adán (los seres humanos), son iguales a los dientes del peine; no hay superioridad para el árabe sobre el no árabe, ni para el rojo sobre el negro, sino en la piedad.”
¿Libertad de culto?
Uruguay cuenta con un estado laico donde hay una separación de la Iglesia y el estado.
Desde 1818 José Artigas, propuso la libertad de culto en el territorio Nacional y en la constitución de 1830 se decretaba como religión oficial del país el credo católico, y desde 1918 hasta la constitución actual se decreta en el Art 5° “todos los cultos religiosos son libres en el Uruguay. El Estado no sostiene religión alguna”. Descartándose así la oficialidad de algún tipo de credo, y estableciéndose la laicidad.
En el Estado uruguayo, según el pacto de San José de Costa Rica, existe la libertad de culto tanto en el ámbito público, como privado, siempre y cuando no perjudique a terceros. Toda persona goza de libertad de conciencia, religión, por lo cual no hay ningún impedimento para que se profese y divulgue la religión o creencia tanto a nivel público como privado.
En dicho pacto también se manifiesta que “nadie puede ser objeto de medidas restrictivas que puedan menoscabar la libertad de conservar su religión o sus creencias o de cambiar de religión o de creencias”.
Cuando se hace referencia a la libertad de conciencia y de religión (o creencias religiosas, según este tratado internacional, cualquier tipo de acción ya sea de una autoridad pública como de un particular que tenga como objetivo presionar a una persona a abandonar su credo o el mantenimiento de las mismas, será contrario al derecho de liberta de culto y será un forma de discriminación basada en las creencias religiosas. Por lo cual el sujeto victima de este tipo de discriminación contará con la protección del ordenamiento jurídico.
A partir de lo anteriormente expuesto se pueden vislumbrar algunas leyes y legislaciones nacionales que amparan la libertad de culto y profesión de diferentes credos, sin ningún tipo de restricción salvo el que dañe a terceros.
Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto no podría existir ningún tipo de discriminación religiosa, aunque el credo sea una minoría, pero la realidad es lamentablemente lo contrario, pues existen hechos de discriminación que son ocultados o están en el anonimato por ser una minoría de la población los que lo sufren.
A modo de reflexión y ejemplo, hace un tiempo una musulmana uruguaya que porta el hiyab (pañuelo con el que se cubren el cabello las mujeres musulmanas), fue discriminada y juzgada por una Dra. De la emergencia del hospital público le preguntó a la joven porque llevaba hiyab, y si además de su consulta médica, tenía algún otro tipo de consulta o problema, haciendo alusión a violencia domestica. Lo cual deja en claro el prejuicio erróneo de que las mujeres musulmanas llevan el hiyab por sumisión a un hombre y que además son golpeadas y víctimas de violencia domestica.
En este sentido es importante aclarar dos cuestiones: la primera, que el islam no permite ningún tipo de violencia hacia la mujer, pues se visualiza la misma como un tesoro que se debe cuidar y proteger de todo mal, entiendo el amor a la mujer como un signo de fe.
Un hadiz del Profeta Muhammad (BPD) dice: “observa tu obligación con Allah respecto a las mujeres, recomendándoles ser bien tratadas.”
“Yo no creo que exista un hombre que haya hecho algo bueno por la fe sin que él haya acordado la bondad por las mujeres.”
El Corán dice: “...y trátelas (a las mujeres) amablemente...”
Segundo, si vemos las estadísticas cuántas mujeres mueren víctimas de violencia domestica en América Latina, específicamente en Uruguay cada semana fallece una mujer y/o niña por violencia domestica.
Otro ejemplo de discriminación, sucedió hace unas semanas cuando esta joven ingresó a una cadena de farmacias de Uruguay y el guardia de seguridad le dijo que se quitara la capucha que tenía en la cabeza, la joven le dijo que no era una capucha que ella vestía islámicamente, que el pañuelo era parte de su vestimenta religiosa y que no se la quitaría. Entonces el guardia le dijo que no podía ingresar a la farmacia, la joven le pregunto: “¿si yo fuera una monja me dirías lo mismo?”, el hombre le dijo no me importa, no puede ingresar así por las cámaras por seguridad.
En este sentido, cabe señalar que la sociedad discrimina y/o juzga a las mujeres musulmanas exponiéndolas como mujeres sin derechos, sumisas, pobre ignorantes que no saben nada más que estar en la casa y que deben obediencia ciega al esposo que se visten de forma islámica porque están obligadas por sus esposos. Se cree erróneamente que la vestimenta islámica es símbolo de sumisión, esclavitud y de opresión al género femenino. Pero ¿por qué cuando se ve por la calle una monja que usa habito o a una judía que usa peluca o pañuelo en su cabeza no se las juzga como a las musulmanas? ¿Por qué las musulmanas son las oprimidas y las monjas o judías son las mujeres libres respetadas?
A modo de conclusión:
El otro, el diferente, el extranjero, el de otra raza, religión, etc, siempre es cuestionado, juzgado, esta actitud es un mecanismo de defensa para diferenciarse del otro, para mantenerlo lejos y así evitar mezclarse. Generando segregaciones raciales y religiosas, poniendo muros intelectuales que no llevan a nada más que a la obstrucción del intelecto y la violación de los derechos humanos.
Occidente vive proclamando la lucha por los derechos humanos y pone en la mira a Oriente y juzga sus políticas de estado y religión, pero qué hace occidente por los derechos humanos inalienables de los sujetos de otra raza y religión.