2.9.11

Pensando en el futuro: la comunidad de Nahhalin


Sandra una joven colombiana que esta en Palestina ocupada nos cuenta a cerca de la realidad de una de las zonas de trabajo del programa de PEAPI (el Programa Ecumenico de Acompañamiento en Palestina e Israel).


Por Sandra Milena Rincon
En nuestra comunidad estamos muy orgullosos de ofrecer la mejor educación a nuestros jóvenes. En los exámenes recientes obtuvieron los puntajes más altos. Nuestros y nuestras jóvenes podrán acceder a universidades en el extranjero, el mundo árabe y a las locales. Podrán estudiar cualquier carrera de su interés” Con estas palabras, fuimos bienvenidos y recibidos por dos líderes del pueblo de Nahhalin, parte de la Gobernación de Belén.

Esta comunidad palestina, está ubicada al suroccidente de Belén y se encuentra rodeada por seis asentamientos israelitas en expansión: Nahal Gevaot, Bettar Illit, Rosh Zurim, Allon Shevut, Kefar Ezyion y Newe Dahiyyel. El territorio donde se encuentran los asentamientos perteneció a la comunidad por cientos de generaciones. Las narraciones de los abuelos incluyen memorias del desplazamiento masivo de 1948, la Guerra de 1967, la fertilidad de la tierra que producía alimentos para todo el distrito, una cueva para producción de aceite y vino, y la coexistencia pacífica entre sus habitantes.

Ya en 1596, Nahhalin aparecía en los registros otomanos de impuestos. Tenía entonces una población de 40 familias musulmanas y 16 familias cristianas. Se pagaban impuestos sobre el trigo, la cebada, el jugo de uva, las cabras y las colmenas. Según la Oficina Central Palestina de Estadísticas, la ciudad tenía una población de unos 6.500 habitantes a mediados del año 2006, de los cuales 35% eran menores de 18 años.

Sin embargo, el orgullo mostrado por estos hombres, se convierte en preocupación por el futuro de sus jóvenes, cuando se empieza a hablar del impacto de la ocupación en su comunidad: “Si ellos no ven opciones, terminan saliendo del pueblo. Ese es el objetivo de Israel, que las siguientes generaciones de palestinos terminen saliendo de aquí.”

Si los jóvenes de Nahhalin terminan una carrera universitaria o de postgrado, el desafío está en encontrar trabajo: “De los habitantes que quedan en la comunidad, un tercio trabaja en puestos públicos, que no son bien retribuidos; otro tercio termina trabajando en la construcción de asentamientos y otras edificaciones ubicadas en la tierra que perteneció a sus ancestros; y los demás trabajan en tierras inservibles por los depósitos de desechos humanos que vienen de los asentamientos, o no tienen empleo” — dijo uno de los lideres.

La IV Convención de Ginebra prohíbe que una fuerza ocupante (Israel) transfiera sus ciudadanos (colonos) desde su propio territorio a los territorios ocupados (Palestina). (Art 49). Las regulaciones de La Haya prohíben que la fuerza ocupante realice cambios permanentes (asentamientos, carreteras, servicios públicos) en el área ocupada, a menos que se deba a necesidades militares en el sentido estricto del término, o a menos que dichos cambios beneficien a la población local. Es decir, que los 21 asentamientos construidos en la gobernación de Belén son ilegales.

Mientras la comunidad busca alternativas para ser viable, formando a su población más joven, los asentamientos desafían la confianza en un futuro sostenible para Nahhalin. Uno de los líderes nos invita a ver desde la terraza de su casa el horizonte, el futuro. Nos sorprende la cercanía de uno de los asentamientos. El espacio entre Nahhalin y Betar Illit es poco, los separa un pequeño valle no muy profundo y una reciente instalación de postes eléctricos que, curiosamente, rodean completamente la comunidad. Sin duda los asentamientos estarán conectados entre sí y la comunidad quedará completamente aislada, forzando aun más y de forma sofisticada el desplazamiento gota a gota de toda Nahhalin; posiblemente quienes tienen más educación, serán los primeros en salir.

Ni el asentamiento, ni la infraestructura eléctrica, ni las carreteras o túneles, ni los servicios públicos cerca, son de beneficio para Nahhalin. De acuerdo a B’tselem (Centro de Información Israelita para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados), “la existencia de los asentamientos con lleva a la violación de varios derechos humanos de los Palestinos incluyendo el derecho a la propiedad, a la igualdad, a un estilo de vida apropiado y al libre movimiento entre otros.”

Luego de observar el avance de los asentamientos y escuchar la descripción de los cambios permanentes que el territorio de Nahhalin ha tenido desde 1967, incluyendo la pérdida masiva de tierra apta para cultivos, los líderes nos comparten un nuevo motivo de orgullo para la comunidad: una cueva antigua que quieren recuperar junto con su historia. Accedemos a su invitación, no sin antes vislumbrar el triste futuro de las próximas generaciones que habitarán esta región si no termina la ocupación. Hacemos votos para que el esfuerzo de la comunidad en la educación de sus jóvenes se realice; para que las generaciones futuras puedan vivir en paz y fructificar en la tierra donde hace más de medio milenio se plantó Nahhalin.

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