12.11.11

Gadir Jumm



RESPUESTA A DOS PREGUNTAS

Desde un principio el movimiento mundial del Islam tuvo que enfrentar oposiciones y altercados, no sólo de parte de Quraîsh, sino también del resto de los idólatras de la Península Arábiga Ellos, por diversos caminos, actuaron para apagar esta antorcha celestial. Sin embargo, por más que trataron, no lo lograban. Su última esperanza era que los fundamentos de este gran movimiento se derrumbasen con el fallecimiento de su líder y fundador, y la convocatoria quedase en el olvido, tal como había pasado con algunos personajes anteriores al noble Mensajero del Islam (BP) que también invitaban a la religión monoteísta.[1]
El Generoso Corán, que en muchas de sus aleyas refleja los altercados y espectáculos que ellos brindaban, expone el tema de la muerte del Mensajero (BP), supuestamente la última esperanza que mantenían de los idólatras, diciendo:
﴿ أَمْ يَقُولُونَ شاعِرٌ نَتَرَبَّصُ بِهِ رَيْبَ الْمَنُونِ، قُلْ تَرَبَّصُوا فَإِنِّي مَعَكُمْ مِنَ الْمُتَرَبِّصِينَ، أَمْ تَأْمُرُهُمْ أَحْلامُهُمْ بِهذا أَمْ هُمْ قَوْمٌ طاغُونَ ﴾
"O dirán: ¡Es un poeta! ¡Aguardaremos a que le llegue el acontecimiento de la muerte! ¿Son, acaso, sus facultades que les inducen a esto o son un pueblo de transgresores?"[2]
No está de más enumerar algunos de los obstáculos puestos por el grupo de los idólatras y sus cobardes luchas contra la transmisión del mensaje divino. Veremos como Dios Todopoderoso hizo que su último golpe fuese infructuoso, al establecer el asunto del sucesor, nombrando a un hombre digno y meritorio tal y como lo era 'Alî (P) que creció bajo la amable protección del Mensajero (BP). Así fue como derrumbó todos sus planes.

1. El arma de las calumnias

Los incrédulos del Quraîsh con sus calumnias acusaciones tales como: "poeta", "adivino", "loco" y "hechicero", querían hacer que las palabras del Mensajero (BP) influyesen menos en la gente. Sin embargo, el rápido avance del Islam entre los diferentes niveles de la sociedad, demostró que él se encontraba por encima de que tales acusaciones pudieran adherírsele.

2. Las molestias a sus seguidores

Las molestias, extorsiones, torturas y el asesinato de los seguidores del Mensajero (BP), fue otro de los planes siniestros de sus enemigos, quienes por este medio querían evitar la expansión de la influencia de sus palabras. Empero, la resistencia de sus seguidores ante cualquier tormento o amenaza, hizo que los jefes del Quraîsh no pudieran llevar a cabo sus siniestros planes. Es más: todos se asombraban al observar la devoción y pureza de los seguidores del Mensajero (BP), mordiéndose sus dedos de admiración, al grado que Abû Sufîân dijo: "Yo vi al César y a Josrow, pero no encontré a ninguno con la grandeza de Muhammad (BP), cuyos seguidores se sacrifican ofreciendo sus vidas en el camino para llegar a su propósito".".[3]

3. Invitación a uno de los grandes escritores y narradores árabes

Ellos estaban atónitos por el atractivo espiritual del Corán. Imaginaban que la causa de que la gente estuviese tan interesada en escuchar sus aleyas, eran las historias y los sucesos ocurridos a las tribus antepasadas registrados en este Gran Libro. Por ello invitaron a Nadr Ibn Hâriz que era uno de los famosos escritores árabes para que en ocasiones especiales en los bazares y calles de La Meca relatara las historias de los reyes de "Persia" e "Irak", y por este medio terminar con la atracción que sentía la gente hacia las palabras de Muhammad (BP). Este proyecto fue tan ineficaz que incluso los mismos quraîshitas se cansaban de escuchar sus historias y se apartaban de él.

4. La prohibición de escuchar el Corán

La restricción de escuchar el Corán fue otro de los programas siniestros de Quraîsh, el cual fracasó por la perseverancia de los interesados. La fuerte y dulce atracción del Corán, los había cautivado a tal grado que a mediados de la noche se escondían en los alrededores de la casa del Mensajero (BP) para escuchar su voz cuando él se levantaba para realizar la oración de la noche y para recitar el Corán
Los incrédulos de Quraîsh no sólo evitaban que la gente escuchase el Corán, sino que habían prohibido estrictamente todo contacto con el Mensajero (BP). Así, cuando algunos grandes personajes árabes, tales como A'shâ y Tufaîl Ibn 'Umâr, entraban a La Meca para entrevistarse con el Mensajero (BP), inmediatamente por diferentes medios los hacían cambiar de parecer.[4]

5. El bloqueo económico

A través de una circular, Quraîsh informó que nadie tenía derecho a realizar transacciones de compra y venta con los Bani Hâshim ni con los seguidores del gran Muhammad (BP). Así, el Mensajero del Islam (BP) se vio obligado a vivir en una situación muy lamentable durante tres años, acompañado de sus seguidores en el Shi'b Abî Tâlib (el valle de Abî Tâlib). Este boicot terminó gracias a la intervención de algunos de los jefes del Quraîsh, y el acontecimiento de algunos milagros.

6. El plan para matar al Mensajero (BP)

Los jefes del Quraîsh decidieron que cuarenta de sus jóvenes, pertenecientes a diferentes tribus, atacaran por la noche la casa del Mensajero (BP) mientras él se encontrase en su lecho, lo asesinaran y partieran en pedazos su cuerpo. Sin embargo, Dios Todopoderoso, que siempre cuidaba y protegía a Su Enviado, le informó del plan de sus enemigos, y él, obedeciendo lo ordenado por Dios, dejó a 'Alî (P) en su lugar, saliendo de La Meca rumbo a Medina. Tal emigración y la tendencia de las tribus de Aûs y Jazraÿ hacia el Islam, permitieron que los musulmanes encontrasen un refugio seguro y que las fuerzas dispersas del Islam se reuniesen en un mismo lugar para defender la religión.

7. Las sangrientas batallas

Los idólatras de la Península Arábiga se encontraban temerosos por la concentración de los musulmanes y la creación de un gobierno islámico en Medina. Esta vez trataron de apagar la "brillante antorcha de la guía" por medio de la guerra y la agresión directa. Los sangrientos enfrentamientos de los incrédulos con los musulmanes en las batallas de Badr, Uhud, Jandaq y Hunaîn, con todos sus altibajos, finalmente dieron lugar a la supremacía de las fuerzas islámicas, e hicieron despreciables y viles a los idólatras en la atmósfera de la península

8. El fallecimiento del Mensajero (BP)

La última esperanza de los enemigos era la muerte del noble Mensajero (BP). Ellos suponían que con su fallecimiento se derrumbarían las bases de este movimiento y quedaría destruida la grandeza del Islam. Para dar fin a este asunto y desbaratar estos planes existían dos caminos:
1) El juicio y la capacidad intelectual de la Comunidad Islámica debería desarrollarse y llegar al grado en el que pudiese, después del fallecimiento del noble Mensajero (BP), gobernar el movimiento del Islam recientemente fundado tal como fue dirigido en la época de la profecía, protegiéndolo de cualquier desviación, ya fuese hacia la derecha o hacia la izquierda, y dirigiéndolo por el "sendero recto".
No obstante, después del fallecimiento del noble Mensajero (BP) la comunidad se encontraba en una situación en la que desgraciadamente el promedio de la gente carecía de estas características. Por otro lado, no es este el momento para discutir este punto. Pero en forma breve decimos:
Una verdadera revolución que haga progresar a la comunidad en las diferentes facetas no se desarrolla en un lapso de tiempo corto, sea un día o dos, ni siquiera en diez años. Para fortalecer las bases de la reforma y los corazones de la gente, se necesita de uno o varios hombres extremadamente superiores, que después del fundador del movimiento tomen las riendas del gobierno en sus manos, y con mucho cuidado y con continua propaganda protejan a la sociedad de cualquier seducción nociva hasta que cambie la generación por una que desde su nacimiento haya simpatizado y educado con las costumbres y morales islámicas. De lo contrario en el momento que fallezca el fundador del movimiento, muchos grupos retrocederán y regresarán a sus costumbres antiguas.
Además de esto, el Islam poseía características especiales que hacían necesaria y urgente la existencia de personas superiores para la continuidad de su escuela. La religión islámica había brotado en una sociedad que en ese momento era la más atrasada del mundo y desde la perspectiva del sistema social y moral, así como de las demás simpatías de la cultura humana, se encontraban en total pobreza. De las tradiciones religiosas no quedaba más que la ceremonia de la peregrinación, que habían heredado de sus antepasados (una peregrinación acompañada de supersticiones y obscenidades), y nada más. Las enseñanzas de los Profetas Moisés (P) y Jesús (P) no penetraron en sus tierras, y la mayoría de la gente de Al Hiÿâz no se vio beneficiada de éstas. Por otra parte se había afirmado completamente en sus corazones las creencias y costumbres del paganismo, integrándose éstas por completo a sus almas y espíritus.
Posiblemente no sea muy dificultoso reformar religiosamente a comunidades como éstas. No obstante, garantizar la continuidad del cambio evitando cualquier desviación y retroceso es una labor muy difícil y requiere de muchos y continuos cuidados. Sobre todo en una comunidad como la descrita, en la que los factores negativos han anidado en las almas y corazones de sus integrantes.
Las lastimosas escenas de las guerras de Uhud y Hunaîn, en las que los partidarios del movimiento islámico abandonaron al portador del Mensaje en el campo de batalla en el momento más crítico del enfrentamiento, evidencian que los creyentes que estaban dispuestos a ofrecer sus vidas y bienes en este camino eran muy pocos, e incluso podían contarse con los dedos de una mano. Y el promedio de las personas de la sociedad, desde el punto de vista del desarrollo intelectual, no había llegado al nivel necesario para que el Mensajero (BP) pudiese entregarles las riendas del gobierno, frustrando el último plan del enemigo que se encontraban en espera de su fallecimiento, gracias a la sensatez de la comunidad.

Esta es la misma comunidad desarrollada que luego del fallecimiento del Mensajero (BP) se convirtió en el centro de discrepancias, y con el transcurso del tiempo se dividió en setenta y tres grupos.
Lo ya dicho evidencia que cuando falleció el noble Mensajero (BP) la Comunidad Islámica no había llegado al nivel de un desarrollo intelectual y racional que pudiese haber disipado el último plan de los enemigos del Islam, y neutralizado las intrigas de aquellos que esperaban la muerte del noble Mensajero (BP). Por lo tanto, debía haberse pensado en otra alternativa, la cuál mencionamos a continuación:
2) El sendero fácil y exento de problemas para la permanencia del movimiento era que por parte de Dios fuese elegido un hombre digno y meritorio para guiar el movimiento que, desde el enfoque de la fe y creencia de los fundamentos y ramas del movimiento, fuese similar al Mensajero (BP) y bajo la luz de una fuerte creencia, extensa sabiduría e inmunidad de cualquier pecado o falta, tomase la dirección de la revolución y asegurase la permanencia de ésta.
La Escuela Shî'ah pretende y afirma que tal cuestión tuvo lugar en forma clara y definida. Innumerables testigos históricos muestran que el Mensajero del Islam (BP) el día 18 del mes de Dhul Hiÿÿah, cuando regresaba de la Peregrinación de la Despedida, por orden divina resolvió este problema, designando a un sucesor y heredero. De tal manera aseguraba la estabilidad de la revolución después de su fallecimiento.
El Mensajero (BP) el año X d.H., para realizar la ceremonia de la peregrinación se dirigió hacia La Meca. Esta vez el cumplimiento de esta obligación, coincidió con el último año de su preciada vida, y por ello es recordado como Haÿÿatul Widâ' o la Peregrinación de la Despedida. Los historiadores registraron la cifra de ciento veinte mil participantes que gustosos acompañaron y realizaron este rito en compañía y bajo la dirección del Mensajero (BP).
La ceremonia de la peregrinación llegó a su fin y el Mensajero (BP) inició su regreso a Medina. Un numeroso grupo lo acompañaba, exceptuando aquellos que se le habían adherido en La Meca. La caravana llegó a un ardiente desierto vaco de agua conocido como Al-Gadîr Jum que se encuentra a tres millas de Ÿufah. Repentinamente llegó el encargado de la revelación (el Arcángel Gabriel), y ordenó al Mensajero (BP) que se detuviese. El Mensajero (BP) también ordenó que todos se detuviesen para dar tiempo a que llegasen los que se habían retrasado. Los integrantes de la caravana quedaron atónitos al escuchar la orden inesperada de detención por parte del Mensajero (BP) en esa región ardiente y carente de agua, en un día caluroso, cuando los rayos del sol quemaban y la tierra ardía.
Ellos murmuraban bajo sus labios: "¡Ha descendido una orden importante por parte de Dios! Y ha de ser muy importante como para ordenarle al Mensajero (BP) que detenga a toda la gente en esta situación tan desfavorable a fin de darles a conocer lo revelado por el Creador del Universo".
La orden de Dios dada al noble Mensajero (BP) fue revelada por medio de la siguiente aleya:
﴿ يا أَيُّهَا الرَّسُولُ بَلِّغْ ما أُنْزِلَ إِلَيْكَ مِنْ رَبِّكَ وَ إِنْ لَمْ تَفْعَلْ فَما بَلَّغْتَ رِسالَتَهُ وَ اللَّهُ يَعْصِمُكَ مِنَ النَّاسِ ﴾
"¡Oh, Mensajero de Dios (BP)! Transmite aquello que te ha sido revelado de parte de tu Señor. Si no lo hicieras, no habrías cumplido (con la entrega de) Su mensaje. Y Dios te protegerá de los hombres". [5]

Al poner atención en el contenido en esta aleya nos conduce a los siguientes puntos:
Primero: La orden encomendada al Mensajero (BP) era tan importante y valiosa que si hubiese temido entregarla y no la hubiese anunciado (lo cual es absolutamente imposible), no habría cumplido con su mensaje. En consecuencia (como veremos más adelante), al realizar este cometido su misión quedaba completa.
En otras palabras, el significado de "aquello que te ha sido revelado" no puede referirse al conjunto de las aleyas del Corán y a los preceptos islámicos, ya que es evidente que en caso de que el Mensajero (BP) no hubiese comunicado todos los preceptos divinos, no había cumplido con su misión. Un asunto manifiesto como éste no necesitaba ser mencionado ni tampoco requería de una aleya revelada. Por lo tanto, debía referirse al anuncio de un asunto "especial" cuya realización equivalía a la perfección del mensaje, y su omisión implicaría que la misión no fuese completada.
En consecuencia, este asunto debía ser uno de los fundamentos principales del Islam, conectado con los otros principios y ramas de esta religión, y tan importante y trascendental como el monoteísmo y el mensaje del mismo Mensajero (BP).
Segundo: El Mensajero (BP), de acuerdo a su conocimiento de aquella sociedad, consideraba la posibilidad de resultar dañado por parte de la gente por esta nominación. Para animarlo afianzando su determinación, Dios le dice: "Dios te protegerá de los hombres".
Ahora debemos ver cuál de las posibilidades[6]que los exegetas islámicos consideraron respecto a este asunto es la más cercana al contenido de la aleya.
Todos los exegetas Shî'ah y treinta[7] de los exegetas de Ahli Tasannun dicen que esta aleya fue revelada el día de Al-Gadîr Jum, el día que Dios comisionó al generoso Mensajero (BP) que presentara a 'Alî (P) como "el Amîr de los Creyentes".
La designación de un "imâm" para la gente que fuese el sucesor del noble Mensajero (BP), era tan importante y trascendental que daba lugar a que su anuncio fuese considerado como la parte faltante para la perfección de la misión, mientras que su omisión causaría la imperfección de la misión y la destrucción de los esfuerzos del noble Mensajero (BP).
Así también admitía el que el Mensajero (BP) sintiese temor a raíz de la situación en la que se encontraba la sociedad, ya que entregar la sucesión y herencia a una personalidad como 'Alî (P) que no contaba con más de treinta y tres años, era un asunto muy delicado y difícil, principalmente para un grupo que era mucho mayor que él.[8] Además de esto, la sangre de muchas personas cuyos descendientes se encontraban ahora en el frente de los musulmanes, había sido vertida por 'Alî (P) en los campos de batalla. Naturalmente el gobierno de una persona así se vería enfrentado con la fuerte oposición de estos sujetos acomplejados y rencorosos.
Por otro lado, 'Alî (P) era el primo y yerno del Mensajero (BP), y su elección para el califato causaba que las personas de corta visión, cuyo número no es poco en las sociedades humanas, lo considerasen como un favoritismo familiar y lo interpretasen erróneamente.

Sin embargo, a pesar de todos estos puntos desfavorables, el Deseo Sapiente de Dios había decidido asegurar la permanencia del movimiento con la colocación de un sucesor, y completar la misión mundial de Su Enviado con la elección de un líder y guía.
Ahora veamos el resumen de este suceso histórico:

El suceso histórico de Al-Gadîr es un suceso eterno e inmortal

El sol ardiente y quemante, al mediodía del 18 del mes de Dhul Hiÿÿah desplegaba fuertemente sus rayos sobre la tierra de Al-Gadîr Jum, haciendo hervir la misma tierra del desierto. Un numeroso grupo, entre setenta y ciento veinte mil personas según los distintos registros históricos, desmontaron en ese punto por orden del Mensajero de Dios (BP) y se encontraban en espera del suceso histórico de ese día. Por el inmenso calor, la gente colocaba la mitad de sus capas sobre sus cabezas y la otra mitad bajo sus pies.
En esos momentos delicados la voz de la llamada a la oración del medio día invadió toda la atmósfera del desierto, y la gente se preparó para realizar el rezo. El Mensajero (BP) dirigió la oración colectiva del medio día acompañado por esa multitud que la región de Al-Gadîr no recuerda haber visto nunca. Entonces se dirigió hacia la gente subiéndose a un punto alto que había sido formado con las monturas de los camellos, y con voz alta pronunció el siguiente sermón:
"Agradecemos a Dios y Lo alabamos. Solicitamos Su ayuda, tenemos fe en Él, y ponemos nuestras esperanzas en Él. Nos refugiamos en Dios de la malicia de nuestra alma concupiscente y nuestros malos actos, los que únicamente guían a los perversos. Atestiguamos que aquel que sea dirigido por Dios nadie podrá desviarlo de su camino. Atestiguamos, por Dios que no hay divino más que él y Muhammad es Su siervo y enviado.
"¡Oh, gente! Dios Puro y Omnisciente me ha informado que el período de misión de cada Profeta equivale a la mitad de su vida antes de haber sino nombrado Profeta, y yo estoy cerca de aceptar la invitación de Dios e irme de entre vosotros. Yo tengo mis obligaciones y vosotros tenéis las vuestras; ¿que opináis respecto de mí?"
Los seguidores del Mensajero: "Atestiguamos que tú difundiste la religión de Dios, y quisiste para nosotros el bien, nos aconsejaste y te esforzaste en este camino; que Dios te recompense de manera acabada".
El Mensajero (BP) (cuando la gente guardó silencio y se tranquilizó) prosiguió: "¿Acaso vosotros no atestiguáis que no hay dios más que Dios, y que Muhammad es Su siervo y Mensajero (BP), el Paraíso, el Infierno y la muerte existen y son verdad (son un deseo de Dios) y sin duda llegará el Día de la Resurrección, y Dios resucitará a aquellos que fueron enterrados en la tierra?"
Los seguidores del Mensajero: "¡Sí, sí! ¡Atestiguamos!"
El Mensajero: "Yo dejo como recuerdo entre vosotros dos tesoros. ¿Cómo actuaréis con ellos en mi ausencia?"


Un hombre desconocido: "¿Qué significan dos tesoros?"
El Mensajero: "Ziql Akbar (el tesoro mayor) es el Libro de Dios que uno de sus extremos está en manos de Dios, y el otro en vuestras manos. Aferraos a Su Libro para que no seáis de los perdidos. Y Ziql Asgar (tesoro menor) que son mi descendencia y Ahlul Baît. Mi Dios me ha anunciado que estos dos recuerdos no se separarán el uno del otro hasta el Día de la Resurrección.
"¡Oh, gente! No os adelantéis al Libro de Dios ni a mi familia, ni tampoco os quedéis atrás que os extraviaréis".
En ese momento el Mensajero (BP) tomó la mano de 'Alî (P) levantándola de tal forma que todos los presentes pudieron ver la concavidad de su axila, y advirtieron a 'Alî (P) junto al noble Mensajero (BP) reconociéndolo perfectamente. Fue entonces cuando comprendieron que el propósito de esa reunión era un asunto que tenía que ver con 'Alî (P). Luego todos con un gusto especial se prepararon para escuchar las palabras del Mensajero (BP):
– "¡Oh, gente! ¿Quién entre los creyentes es más digno y meritorio?"
– "¡Dios y Su Enviado saben más!"
– "Dios es mi Señor, y yo soy el señor de los creyentes, y soy para ellos entre ellos el principal y más apropiado. ¡Oh, gente! Aquél de quien yo sea su señor –y sea más estimado para él que él mismo– 'Alî también es su señor".
Y esta frase la repitió tres veces[9], entonces agregó:
– "¡Dios mío! Ama a aquél que ama a 'Alî (P), y considera enemigo a aquél que enemista con 'Alî. ¡Dios mío! Ayuda a los seguidores de 'Alî, y desprecia y humilla a sus enemigos. ¡Dios mío! Coloca a 'Alî como el eje de la verdad". Y siguió diciendo:
– "Es necesario que los presentes informen de lo sucedido a los que se encuentran ausentes".
Aún la multitud en Al-Gadîr se encontraba reunida cuando el Ángel de la Revelación descendió y trajo la buena nueva de Dios al Mensajero (BP):
﴿ الْيَوْمَ أَكْمَلْتُ لَكُمْ دِينَكُمْ وَ أَتْمَمْتُ عَلَيْكُمْ نِعْمَتِي وَ رَضِيتُ لَكُمُ الإِْسْلامَ دِيناً ﴾
"Este día he perfeccionado para vosotros vuestra religión y completado Mi favor hacia vosotros y elegido para vosotros el Islam como religión".[10]
Fuente: www.al-shia.com

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