Nombre: Musa
Título: Al-Kadzim
Nació: El 7 del mes de Safar, del año 128 (d.H.).
Su padre: Ya'far As-Sadiq (P).
Su madre: Hamidah
Murió: 25 de Rayab del año183 (d.H.)
* * *
DURANTE SU NACIMIENTO Y CARÁCTER
El Imam Musa Al-Kadzim (P)
fue el séptimo Imam, tras la muerte de su padre Ya’far As-Sadiq (P). Se
lo conoció como "Al-Kadzim", –el que reprime su enojo–, por su gran
paciencia ante las dificultades que tuvo que soportar. Nació en una
localidad ubicada entre La Meca y Medina llamada Abu’ua, y su madre fue
Hamidah "la Andaluza".
Vivió
veinte años junto a su padre y luego asumió el Imamato por orden Divina
y designación expresa de sus antecesores. Su Imamato duró treinta y
cinco años, durante los cuales convivió con el gobierno de los califas
Abbásidas Al-Mansur, Mahdi, Hadi Y Harun Ar-Rashid. Este último fue
quien lo hizo apresar y finalmente lo mandó a envenenar mientras estaba
en la cárcel. Fue enterrado en Bagdad, en un cementerio usado por los
Quraishitas para los nobles de Bani Hashim, llamado "Maqbir Quraish",
lugar que hoy se conoce con el nombre de "La Puerta de las necesidades".
El
Imam Al-Kadzim (P) se dedicó a enseñar en Medina hasta el momento en
que fue encarcelado. Se dice que él era el más noble de los hijos de
Ya’far As-Sadiq (P), el más sabio, desapegado, escrupuloso en las normas
religiosas y devoto de las personas de su tiempo. Pasaba sus noches
rezando y alabando a Dios, muchas veces hasta el alba, e incluso hasta
el mediodía. Solía repetir: "¡Oh Dios! Te pido tolerancia en el momento
de la muerte y el perdón el Día de la Resurrección".
Acostumbraba a llorar por temor a Dios hasta el punto que su barba se mojaba con sus lágrimas.
Era
el que poseía mayor conocimiento en jurisprudencia islámica, el más
noble de espíritu y el más generoso. Era muy amable con su familia y sus
parientes. Solía repartir abundantes limosnas.
Solía
visitar a los pobres durante la noche, cubriendo sus necesidades sin
que ellos supieran de dónde les llegaban las provisiones. Solía viajar
siempre con 200 o 300 dinares para repartir en caridad.
Se
reporta que él era el más versado de los eruditos en el Libro de Dios y
el de mejor voz para su recitación. Dicen que cuando él lo recitaba, la
gente se detenía a escucharlo, se ponía triste y lloraba por el efecto
que tenía en ellos.
También
fue apodado "El ornato de los que pasan la noche en oración", y "Al
Amin" (el fiel). Se lo conoce como Abu al Hasan y también con el nombre
de Abu Ibrahim, Abu 'Ali y Abu Saleh.
LAS VIRTUDES DEL IMAM
Su dádiva y generosidad
El
Imam no miraba al mundo como su meta, y cuando ahorraba algún dinero,
le complacía con este, ayudar a los demás, dar tranquilidad a las almas
inquietas, saciar al hambriento y vestir al desnudo:
"Muhammad
Ibn ‘Abdul.lah Bakri" argumenta: Me encontraba en una situación
económica muy penosa y para poder pedir un préstamo a alguien, fui a
Medina, pero por más que toqué una y otra puerta, no obtuve respuesta.
Estaba muy cansado, me dije a mí mismo que fuera a ver a Abu Al-Hasan
‑Musa Ibn Ya‘far (P)-, y me quejara de la situación por la que estaba
pasando.
Preguntando,
lo encontré trabajando en una plantación que se encontraba en uno de
los pueblos en las cercanías de Medina. El Imam se me acercó y comimos
juntos; cuando terminamos, preguntó:
"¿Me querías contar algo?"
Le
relaté lo que sucedía. El Imam se levantó y se dirigió a una habitación
que estaba a un lado de la plantación, regresó trayendo consigo
trescientos dinares. Habiendo conseguido lo que buscaba, subí a mi
montura y regresé.
‘Isa
Ibn Muhammad que había llegado a los noventa manifestó: Un año había yo
sembrado melón, pepino y calabaza; se acercaba la fecha de la cosecha
cuando la langosta terminó con toda mi cosecha y yo sufrí una pérdida de
ciento veinte dinares.
En
esa misma época el Imam Al-Kadzim (P) –que parecía estar al pendiente
de cada uno de nosotros los shiítas– vino a visitarme, me saludó y me
preguntó como estaba; le respondí:
"La langosta terminó con toda mi cosecha".
Preguntó: "¿Cuánto perdiste?"
Respondí: "Sumando la pérdida de los camellos, ciento veinte dinares".
El Imam me entregó ciento cincuenta dinares.
"Vos sois un hombre que trae consigo la abundancia, venga a mi plantío y pida por mi tierra". Le propuse.
El Imam vino, suplicó y dijo:
"Ha sido narrado por el Profeta que no dejen las tierras y propiedades que fueron dañadas".
Regué nuevamente esa tierra y Dios le dio abundancia y tanta cosecha, la cuál vendí en diez mil monedas.
* * *
Su sumisión, paciencia e indulgencia
La tolerancia y remisión del Imam eran inigualables y ejemplo para los demás.
El
título de "Al-Kadzim" que le dieron a este gran hombre, muestra las
virtudes y fama de su "kadzm" que significa: alguien que restringe su
ira, es sumiso e indulgente.
En
los días en que los 'Abbásidas habían originado un ambiente sofocante
en todo el mundo islámico, quitaban a la gente sus pertenencias diciendo
que eran parte de los impuestos y lo malgastaban; la gente sufría una
gran pobreza y en general era inculta e indigente; la propaganda de los
'Abbásidas en contra de los alawitas, seguidores de ‘Ali (P),
contaminaba las mentes ingenuas de la gente; de vez en cuando algunos
por ignorancia se enfrentaban al Imam, pero éste con su buen carácter
los calmaba, y con su educación y seriedad, los ilustraba.
Había
un hombre, hijo del segundo califa, que vivía en Medina y
constantemente molestaba al Imam, inclusive lo insultaba. Algunos de los
seguidores del Imam, le propusieron matarlo, pero el Imam se opuso
terminantemente a tal proposición.
Un
día el Imam preguntó el lugar donde se encontraba la finca de ese
hombre. Subió a su montura y se dirigió hacia allá. Lo encontró en su
plantación; entró a su labranza montando su caballo.
El hombre gritó: "¡No destruyas mi plantación!"
El
Imam sin ponerle atención continuó su camino; y cuando llegó a donde se
encontraba este hombre, bajó de su montura, entonces con una sonrisa en
sus labios y con honor le preguntó:
"¿Cuánto has gastado en esta plantación?"
Respondió: "Cien dinares".
"¿Que tanto esperas que te remunere?"
"No tengo conocimiento del futuro".
"¿De qué tanto tienes esperanzas?" Volvió a preguntarle el Imam.
"Tengo la esperanza de doscientos dinares". Replicó el hombre.
El Imam le entregó trescientos dinares y le dijo:
"La cosecha es tuya; Dios te hará llegar aquello que esperas".
El hombre se levantó y besó la cabeza del Imam y le pidió que perdonara sus insultos. El Imam sonrió y regresó…
Al
siguiente día el hombre se encontraba sentado en la mezquita, cuando el
Imam entró a ésta. En el momento que vio entrar al Imam dijo: "Dios es
el más conocedor y sabe a quién debe entregar Su mensaje". (Queriendo
insinuar que el Imam Musa Ibn Ya‘far (P) en realidad es merecedor del
puesto del Imamato).
Sus amigos asombrados preguntaron: "¿Que sucedió? ¡Antes hablabas mal de él!"
El hombre nuevamente pidió por el Imam y sus compañeros, molestos, se apartaron de éste.
El
Imam dijo a sus seguidores que le habían propuesto matar al hombre:
"¿Cuál es mejor: vuestras intenciones o el que yo lo haya traído al buen
camino con mi comportamiento?"
ENCARCELAMIENTO Y MARTIRIO DEL IMAM MUSA AL-KADZIM (P)
Harun Ar-Rashid contaba entre sus colaboradores con Yahia Ibn Jalid. Sin embargo, le confió el cuidado de su hijo a Ya’far Ibn Muhammad Ibn Al-Ash’ath, lo cual preocupó a Yahia Ibn Jalid, pues si el hijo de Ar-Rashid asumiera luego el califato, él perdería poder. Para ganarse más la confianza del califa, Yahia sabía que tenía que entregarle a Musa Ibn Ya’far (P) y entonces buscó la manera de hacerlo. Averiguó quién de los parientes de Musa (P) estaba necesitado de dinero y le envió una suma a fin de comprar su favor. El sobornado fue 'Ali Ibn Ismail, hijo de Ismail (el hijo mayor de Ya’far As-Sadiq), quien era sobrino del Imam Al Kadzim (P). Luego de enviarle dinero, Yahia le pidió a 'Ali Ibn Ismail que se presentase ante Ar-Rashid. Musa (P) se enteró del viaje de su sobrino, y fue a verlo para que desistiera del mismo. El Imam le ofreció hacerse cargo de todas sus deudas y darle todo lo que aquel precisaba, pero 'Ali igualmente se preparó para viajar a Bagdad. Entonces el Imam le dio 300 dinares y 400 dirhames, y le dijo: "Teme a Dios y no des ninguna declaración en contra de mis hijos". Cuando él partió, Musa (P) les dijo a los presentes: "¡Por Dios! El hará un complot contra mi sangre, y declarará en contra de mis hijos". Entonces le plantearon: "¿Y por qué le diste regalos y fuiste tan generoso con él?" Contestó: "Pues mi padre me dijo, sobre la autoridad de mis ancestros, que el Mensajero de Dios (BPD) expresó que cuando el clan se separa, deben ser atraídos y retornados a la unidad, y si alguien se separa definitivamente, entonces Dios se separará de él. Yo quise atraerlo después de haberse separado de mí, porque de hacerlo, Dios se separaría de él".
Entonces
'Ali Ibn Ismail habló con Yahia, y éste se lo transmitió a Ar-Rashid,
adicionándole algunas cosas. Luego él mismo se presentó ante Harun
Ar-Rashid y le informó que su tío Musa (P) recibía grandes cantidades de
dinero de todas partes del país. Le narró que cierta vez pidieron al
Imam Musa (P) 30.000 dinares por la compra de una casa y que al
entregársela quisieron la suma en otra clase de moneda, accediendo el
Imam a dicho pedido, se la otorgó de inmediato. Con esto quería
demostrarle que el Imam (P) poseía un gran poder económico, con el cual
hacía peligrar su califato. Esta era la excusa que el califa precisaba
para encarcelar al Imam. En agradecimiento, hizo entregar 2.000.000 de
dirhames a 'Ali Ibn Ismail, pero él se enfermó y murió antes de poder
disfrutar de su recompensa.
Ese
mismo año Harun partió hacia la Peregrinación, pasando primero por
Medina. Allí hizo arrestar a Musa (P) y lo envió en una carroza a
Basora, mandando otra carroza a Kufa para confundir a sus seguidores. En
Basora, el Imam estuvo bajo el cuidado de ‘Isa Ibn Ya’far Al-Mansur,
quien lo vigiló durante un año. Entonces Ar-Rashid le pidió la sangre de
Musa (P) y él le contestó: "El asunto de Musa Ibn Ya’far (P) y su
detención ha durado ya un largo tiempo. Me he informado bien de su
situación. He puesto espías alrededor suyo durante todo este tiempo, y
no he hallado nada en él, excepto su voz en la adoración. Ordené que se
escuchasen sus plegarias, y él nunca oró contra ti ni contra mí. Nunca
nos mencionó con malicia maldiciéndonos. El sólo pedía para sí mismo la
merced y el perdón. Si tú no envías a alguien a quien yo pueda
entregárselo, lo dejaré en libertad. Me siento muy mal con su
detención".
Se
reporta que uno de los espías de ‘Isa Ibn Ya’far lo escuchaba suplicar
frecuentemente: "¡Oh, Dios! Tú sabes que yo solía pedir tiempo libre
para adorarte. ¡Oh, Dios! Tú me Has brindado esto. Tú debes ser
alabado".
Luego
Ar-Rashid hizo que Musa Ibn Ya’far fuese a Bagdad, al cuidado de
Al-Fadhl Ibn Arrabi’.Posteriormente, Ar-Rashid le pidió que eliminara al
Imam, para lo cual se negó. Por lo tanto pasó al cuidado de Al-Fadhl
Ibn Yahia Ibn Jalid quien había planeado su arresto. Al-Fadhl Ibn Yahia
ordenó que vigilasen al Imam Musa Al-Kadzim (P) puesto que rezaba toda
la noche y ayunaba casi todos los días, que solía realizar súplicas y
recitar el Corán, y que casi siempre su rostro se encontraba en el "mihrab",
en la orientación del rezo. No vio nada reprochable en el Imam, por lo
que hizo que lo tratasen bien y que él estuviera cómodo.
Cuando
Ar-Rashid se enteró de esto, hizo que Al-Fadhl fuese destituido y
azotado, y luego lo hizo maldecir por todos en su corte. Esto
prácticamente implicaba una condena a muerte, por lo que su padre Yahia
Ibn Jalid se escondió detrás del califa y amenazándolo, hizo que se
retractara. Yahia le dijo que se haría cargo del asunto. Entonces fue a
Bagdad y le dejó instrucciones precisas a Sandi Ibn Shahik respecto del
Imam Musa Al-Kadzim (P). Hizo que un grupo de eruditos se presentara
para atestiguar que el Imam estaba bien tratado. Luego ordenó que lo
envenenaran. El Imam murió tres días después. Entonces trajo a otro
grupo de juristas y hombres notables de Bagdad para que atestigüen que
el cuerpo del Imam carecía de heridas y huellas de estrangulamiento,
queriendo demostrar que había muerto en forma natural.
Como
había un grupo de gente que decía que Musa Al-Kadzim (P) era el Mahdi
esperado, y que su encarcelamiento era la ocultación, ordenaron colgar
el cuerpo del Imam en el puente de Bagdad anunciando su muerte. Decían:
"Este es Musa Ibn Ya’far, quien los rafiditas (shiítas) reclamaban como
el último Imam, el que no moriría. Vengan y véanlo". Luego que toda la
gente se acercó a verlo, fue enterrado en el cementerio de Bani Hashim.
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