25.7.12

“Reforma Espiritual en Ramadán”


Jalil Sahurie

 “Reforma Espiritual en Ramadán”  | I Parte
El desarrollo de la conciencia de Dios
Con el tiempo nos hemos convertido en más y más inmunes a la inhumanidad. Nos estamos volviendo indiferentes a la injusticia, la corrupción y al comportamiento poco fraterno. Miles de nuestros hermanos y hermanas inocentes están muriendo en distintas partes del mundo debido a la injusticia o a la opresión. La corrupción es la raíz del sufrimiento para muchas personas que nos rodean. El terrorismo está oprimiendo y sembrando el terror entre la especie humana. Estos son algunos de los peores sucesos de todo el mundo.
Pero lo que vemos en nuestras pequeñas comunidades no es mejor. Somos testigos de una conducta destructiva que está destruyendo la fraternidad.
Hermanos se encuentran murmurando acerca de otros hermanos. Las hermanas están tomando juramento de silencio frente a otras hermanas. Estamos luchando entre nosotros mismos y destruyendo nuestra unidad por razones mundanas y sin sentido. ¿Por qué? ¿Qué pasa con la humanidad?
¿Esto es porque la mente humana está perdiendo su lado espiritual? ¿Estamos perdiendo el contacto con la conexión que tenemos con el Todopoderoso?
¿Estamos con vistas a las enseñanzas de nuestro Profeta y su Inmaculada Progenie (La paz sea con todos ellos)? En tiempos donde el materialismo y la injusticia son innegables, estamos perdiendo la sabiduría de nuestra religión.
Estamos en una grave necesidad de auto-reflexión y de reforma espiritual. ¿Y cuando mejor para empezar que el mes sagrado de Ramadán?
El mes de Ramadán ofrece una gran oportunidad para que nosotros nos reformemos y perfeccionemos nuestra espiritualidad. Ramadán es el noveno mes del calendario islámico, y para millones de musulmanes, es un período sagrado dedicado al ayuno, la oración intensiva, el sacrificio, la adoración, la súplica, el arrepentimiento, la autopurificación, y los logros espirituales. Cada año, los musulmanes rediseñan su vida para centrarse en los objetivos de Ramadán: "Una completa sensibilización del cuerpo en relación a Dios y un agradecimiento humilde por las bendiciones que nos ha concedido". Donde hay conciencia de Dios, allí hay espiritualidad. Una vez que se alcanza la espiritualidad, estamos obligados a alcanzar la auto-justicia, la cual es la clave del éxito en este mundo y en el más allá.
Ahora, la pregunta es: ¿cómo podemos alcanzar la espiritualidad a través del mes de Ramadán? ¿Qué hace exactamente nos enseña Ramadán? ¿El ayuno es sólo una de esas cosas que hemos visto que nuestros ancianos hacen y lo seguimos por costumbre? ¿Es todo acerca de hacernos pasar hambre a nosotros mismos para perder un poco de peso y poder así mostrar nuestras ropas nuevas para el Eid?
El Ramadán es mucho más que no comer y beber. Si bien el ayuno nos exige a nosotros mismos abstenernos de muchas de las cosas que son permisibles para nosotros en todo momento, tales como comer y beber. Restringiendonos durante la mayor parte del día, nos enseña la disciplina y la capacidad de hacer cualquier cosa si ponemos nuestras mentes en la misma. Esto nos ayuda a luchar cuando se trata de controlar nuestros deseos y ser estrictos con nosotros mismos. Para un hombre estar en la presencia de su bella esposa, dentro de la intimidad de su hogar, y en un ambiente muy romántico, y aún así controlar su deseo permitido sólo por la obediencia de Dios hace maravillas para su auto-disciplina, auto-control, y el auto-sacrificio. Aumenta la capacidad de controlar nuestro nafs cuando sea necesario. Nos movemos un paso más cerca de ganar la conciencia de Dios.




 “Reforma Espiritual en Ramadán” | II Parte
El comienzo del éxito viene de la fe y su conclusión proviene de la conciencia de Dios. El Sagrado Corán ha animado a los creyentes para desarrollar la conciencia de Dios, ya que sin ella, la fe no tiene sentido. Dios ha dicho: "¡Oh Vosotros que creéis! Se os ha ordenado que ayunéis, de la misma manera que fue ordenado  a quienes os precedieron. Quizás así seáis temerosos de Dios. [Corán; 2:183]".
El ayuno nos hace consciente de Dios, y al limitar la libertad a nosotros mismos, mientras que en el estado de ayuno por placer de Dios, sentimos el deseo de obedecer Allah intensamente y acercarnos hacia su amor.
El Profeta Muhammad (Bpd) ha dicho: "El mes sagrado ha venido a ti. Dios ha abierto las puertas del paraíso y cerró las puertas del fuego del infierno y los demonios han sido encadenados. Hay una noche [durante este mes], que es mejor que mil meses. Quien estuviera privada de su bien estará muy privado [de algo grande]".
Nuestras almas se van a través de un viaje espiritual a través de los 30 días de Ramadán. Como seres humanos, es fácil para nosotros caer en hábitos. Ramadán nos lleva hacia los hábitos que pueden ser comprendidos. Nos enseña la disciplina en materia de hábitos de alimentación, manejo de tiempo, las relaciones con familiares y amigos, y a abstenernos de malas acciones.
Por estos días, la mayoría de nosotros nos encontramos comiendo en exceso sólo por comer. Restringiendonos de alimentos, con tiempos estrictos para consumirlos, y las consecuencias de comer mientras en el estado de ayuno demuestra la importancia de comer bien. Poniendonos a nosotros mismos en estos hábitos alimenticios a menudo nos deja pensando dos veces antes de comer en el Eid, solo por el temor de romper accidentalmente nuestros ayunos. Esta es la preocupación y conciencia que se recomienda en el Islam, aún cuando se consumen los alimentos.
La gestión del tiempo también es otra de esas cosas con la que muchos de nosotros luchamos. La oración ha establecido los tiempos en que necesitan ser ofrecidas. Sin embargo, el ofrecimiento de la oración es flexible, ya que hay un lapso de muchas horas en las que se pueden ofrecer, mientras que, por ejemplo, el comienzo de un ayuno no puede ser movido hacia adelante. Si uno está haciendo algo que está prohibido un segundo después del inicio de un ayuno, el ayuno queda invalidado al instante. Esto nos enseña la importancia del tiempo y de la gestión del tiempo. Adicionalmente, nosotros oscilamos las oraciones congregacionales hasta una vez al año, si nos vemos obligados por nuestros padres, y nosotros nos reunimos de vez en cuando en la boda de alguna persona al azar. Sin embargo, los actos especiales de Ramadán y el concepto del Iftar le brinda a la comunidad unidad y hermandad que son unos de los valores humanos superiores y a la vez fotalece las relaciones entre sus miembros. Esta es la forma en la que tenemos que regular nuestras almas paras sobrevivir espiritualmente en este mundo.
Este mes sagrado está dedicado a la purificación del cuerpo y mente. Hay muchos otros beneficios del ayuno, así, en este mundo y en el más allá. El placer de Dios es, obviamente, el más grande. El perdón de los pecados es también otro de los beneficios que obtenemos del ayuno. El Profeta (Bpd) ha dicho: "Quien ayuna el mes de Ramadán, obedeciendo todas sus limitaciones y cuidandose así mismo en contra de lo que está prohibido, ha hecho expiación por los pecados cometidos antes de él".
También hay muchos beneficios de salud producto del ayuno. Mientras ayunamos, nuestro sistema digestivo está en reposo y le da tiempo para reparar órganos y rejuvenecerse antes de que nos bombardeen con un montón de comida para digerir sin tiempo suficiente para conseguir su trabajo hecho. Esto permite un mejor funcionamiento de los sistemas y evita muchas enfermedades. Esto permite un mejor funcionamiento de los sistemas y evita muchas enfermedades. Del mismo modo, nosotros ingerimos algunos subproductos tóxicos cuando consumimos nuestros alimentos, que suelen ser atendidos por el hígado en el proceso de desintoxicación. En Ramadán, el hígado tiene un tiempo adecuado para llevar a cabo el proceso de desintoxicación sin tener que lanzarle más y más comida contra él continuamente. Aparte de esto, el ayuno también mejora la agudeza mental y la resistencia física y mental, ya que el cuerpo se capacita para sobrevivir sin la gratificación instantánea y continua proporcionada por los alimentos y bebidas.
El Ramadán es una oportunidad para que abandonemos nuestros hábitos normales y tratar de llegar a un mayor grado de moderación y de espiritualidad con el fin de acercarnos más a Dios y alejarnos de la negatividad del mundo. Debemos reflexionar y contemplar nuestras vidas con el fin de ver este mundo y el propósito de nuestra existencia con una visión de penetración más clara. Hay que recordar que para mantener lo que hemos luchado para alcanzar durante el mes sagrado de Ramadán, que es la capacidad de moderar, la disciplina, y la práctica del auto-control. Hábitos como la Oración de la Noche, la recitación del Sagrado Corán, el arrepentimiento, la súplica, y reunirse con otros para las comidas deben mantenerse incluso después de Ramadán. Si somos capaces de lograr esto, entonces realmente nos hemos beneficiado del Mes Sagrado y son unos cuantos pasos más para ganar la conciencia de Dios.

fuente:abna.ir

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