20.11.12

Desde Karbalá a Palestina:El Imam Husein, una fuente de inspiración para todos los pueblos

 
 
 
 
Por el Sheij AbdulKarim Paz

El Imam Husein, una  fuente de inspiración para todos los pueblos

El ejemplo del Imam está vivo en el corazón de la resistencia islámica que hoy enfrenta con valentía y con una cuota increíble de sacrificio al enemigo sionista e imperial, haciendo una vez más valer al honor de la libertad y la dignidad frente a la opresión y la injusticia.


En estos días del primer mes del año 1434 del calendario lunar islámico, el mes de Muharram, los musulmanes rememoramos los trágicos sucesos de Karbalá en que fuera martirizado el nieto del profeta, el Imam Husein, la paz sea con él, sus hijos, hijas, familiares y seguidores.
Esta tragedia tuvo lugar en el año 61 de la hégira o emigración, unos cincuenta años después de la muerte del profeta Muhammad, la bendición y la Paz de Dios sean con él y su descendencia.  La masacre fue liderada desde Damasco, por entonces el centro del poder islámico por el golpe de estado omeya contra el centro del poder en Medina (Arabia) y luego en Kufa (Irak ), por el corrupto hijo de Muawia, Iazid. Éste, a diferencia de su padre, no ocultaba su corrupción e incredulidad, no lo necesitaba, el poder lo había heredado mientras que su padre que lo había construido a fuerza de engaño, soborno y terror.
Era imposible que un ser tan corrupto y criminal, pudiese aspirar a conducir a la comunidad de los creyentes apenas cincuenta años de la muerte del profeta, quien por su parte, solía besar al Imam Husein cuando era este un niño y decía: "Dios lo amo, ámalo Tú también, y ama a quien le ame y a quien ame a quien le ame". El profeta dijo del Imam Husein, la paz sea con él, que era junto con su hermano, el Imam Hasan,  el señor de los jóvenes del Paraíso. Sin embargo, Muawia hizo lo que pudo para enfrentarse con la Familia del Profeta, a quien el Sagrado Corán ordena amar y obedecer como medio de lograr la satisfacción divina. Muawia,  por el contrario, estableció antes de morir como su sucesor a su hijo Iazid, inaugurando en el mundo islámico una práctica ajena al Sagrado Corán y al ejemplo profético, la monarquía, sistema cuya injusticia ha sido descubierta por la razón por los filósofos griegos y luego, socialmente en los siglos XVII y  XVIII en Europa (aunque mantienen su fachada carísima y corrupta), pero mucho antes por el Islam y los profetas, quienes enseñaron que el gobierno no se basa en cuestiones de sangre, sino de virtud y aval de Dios, el Señor y Creador del universo.
Se derramó  mucha sangre para desterrar el sistema monárquico en Europa, pero con una mentalidad hipócrita, los gobiernos europeos lo  apoyan en el mundo islámico para que les garantice sus privilegios, muy lejos de la enseñanza profética que dicta desear para el prójimo lo que deseas para ti y no desearle lo que no deseas para ti. Se luchó mucho para  generar un sistema más igualitario y democrático, pero en el mundo islámico luchan contra la democratización y la libertad de los pueblos para seguir extrayendo su petróleo y recursos, y garantizar la existencia de su gendarme regional, el régimen sionista. En Irán, la monarquía fue derrotada a pesar de contar con todo el apoyo de Estados Unidos e Israel.
Narra el Imam As Sayyad, la paz sea con él, que Dios le dijo al arcángel Gabriel cuando naciera el Imam Husein: "Nació un niño para Muhammad (el profeta),  desciende hacia él, salúdalo y dile: Ciertamente Ali (el padre del Imam Husein, casado con la hija del profeta, Fátima Az – Zahrá, la paz sea con ella), es para ti como Arón para Moisés, pues ponle el nombre del hijo de Arón a la criatura". Descendió Gabriel, saludó al profeta en nombre de Dios y le informó de la orden del Señor acerca de nombrar al recién nacido con el nombre del hijo de Arón. Preguntó el profeta, cuál era su nombre. Respondió Gabriel, Shubair. Dijo el profeta, con él sean la bendición y la paz: mi lengua es el árabe (mientras que el hijo de Arón tenía un nombre hebreo). Dijo Gabriel, ponle Husein (que al igual que Shubair significa el pequeño bondadoso.)
Todos los sabios del Islam aceptan que el profeta le dijo a Ali, "tú eres para mí como Arón para Moisés, salvo que no habrá profeta después de mí". El Sagrado Corán enseña que Arón era sucesor de Moisés, hermano del profeta, y su auxiliar. Ese fue el rango de Ali ante el profeta, se hermanó con él al llegar a Medina, luego de la emigración y cuando ordenara a cada uno de los emigrantes de Meca hermanarse con un habitante de Medina. Así lo hicieron quedando el profeta y Ali. Éste le preguntó al profeta, ¿con quién me hermanaré, oh Mensajero de Dios? El profeta le dijo conmigo, tú eres mi hermano en este mundo y en el otro.
Ali (P), fue su auxiliar en todos los ámbitos y el más allegado al profeta, así como el más destacado de los compañeros en los campos de batalla y en el campo de la sabiduría, la adoración y la piedad. En el día del Gadir, el profeta anunció oficialmente por parte de Dios la sucesión de Ali, quien debía liderar los asuntos de la comunidad musulmana en el futuro cuando llegase el momento de la muerte del profeta. Dice el Sagrado Corán al respecto: "Ordena lo que te ha sido revelado por parte de tu Señor y si no lo haces no habrás difundido su mensaje, Dios te protegerá de los hombres."
El Imam Husein tuvo que ofrendar su vida, la de su familia y seguidores para salvar al Islam de su desaparición ante el gobierno corrupto de Iazid. Todos los ámbitos de la sociedad de entonces enfrentaban una grave amenaza de extinción. La corrupción instaurada sobre todo por el padre de Iazid, Muawia, había oscurecido todos los aspectos de la sociedad islámica de entonces. En lo político, Muawia se había enfrentado al Imam Ali, el califa de los musulmanes, en la batalla de Siffin, provocando que murieran miles de musulmanes en esa guerra fratricida. Luego, ordenó envenenar al Imam Hasan, después de haberse enfrentado con él cuando éste sucedió a su padre martirizado. Para ello sobornó a la esposa del Imam para que le dé veneno mezclado en su comida a cambio de cien mil dirhames (monedas de plata), y la promesa de casarla con su hijo Iazid. Al consumar la mujer el crimen del Imam, Muawia efectivizó el pago pero no cumplió la promesa de esposarla con su hijo, diciéndole que alguien que envenena a su esposo no era digna de confianza para darla en matrimonio a su propio hijo.
Muawia mandó a asesinar a Yuhd ibn Adi, un gran creyente partidario del Imam Ali, ordenó perseguir a los shiitas, expulsarlos de los cargos públicos, encarcelarlos, matarlos, torturarlos y ordenó maldecir al Príncipe de los Creyentes, Ali, oficialmente en todos los púlpitos, diciendo no hay oración válida sin la maldición al Imam. En las cárceles hacía hervir aceite para arrojar a los shias en él, y decía burlándose cruelmente que ese era el paraíso que les estaba prometido. Tal fue la transformación de la comunidad islámica y su desvío con respecto a lo que había enseñado y ordenado el profeta de parte de Dios. Coronó su descarrío con la designación del corrupto de su hijo Iazid, quien en los tres años que gobernó, mató al Imam Husein, luego en el segundo invadiría a Medina y en el tercero atacaría el santuario de la Kaaba en la Meca.
En el orden económico, dispuso de los tesoros públicos a su antojo viviendo como un rey y un emperador, totalmente ajeno al ejemplo de austeridad profético y la simpleza de los primeros califas. Solía decir, A Dios pertenecen los cielos y la tierra, entonces, yo que soy su representante tengo permiso sobre lo que uso y sobre lo que no utilizo.
En el orden cultural, Muawia promovió la secta de los muryies que sostenían que la mera fe alcanzaba para ser musulmán y salvarse, sin importar los pecados que pudiesen cometerse. Con ello buscaba justificar sus abiertos pecados y los de sus seguidores. También promovió el fatalismo, sosteniendo que él gobernaba el mundo islámico porque Dios lo había permitido y por lo tanto, quien se le opusiese se oponía a Dios y se exponía con ello a su castigo.
 Mediante la prohibición de la transmisión de los dichos proféticos y la sustitución en los púlpitos de las mezquitas,  de los familiares del profeta y los compañeros sabios y piadosos por parte de personas recién convertidas pero adictas a la corte oscurecía la cultura de la época. Mediante estos mercenarios introducía una cantidad de tradiciones proféticas falsas para engrandecer a sus preferidos y denigrar a sus adversarios. Estaba prohibido a los verdaderos sabios hablar y transmitir dichos proféticos, hacer la más mínima crítica frente a los abusos de la dinastía de los Omeyas a la que pertenecía Muawia. Todo debía filtrarse por medio de su poder y control.
Por su parte, Iazid, al morirse su mono preferido ordenó observar tres días de duelo, pero al matar al nieto del profeta pretendió convertir ese asesinato en una fiesta para Damasco. La macabra pretensión fue frustrada por la presencia y palabras de algunos sobrevivientes de la familia del profeta, especialmente por el cuarto Imam, Zain al Abidin y Zainab al Kubra, la hermana del Imam Husein, la paz sea con todos ellos, que fueron paseados encadenados, escoltados por una guardia de soldados con las cabezas de los mártires en las puntas de las lanzas. Una exposición cruel y despiadada digna del salvajismo de estos enemigos del Islam que no habían incorporado nada de las sutilezas y perfecciones morales del profeta.
El ejemplo del Imam está vivo en el corazón de la resistencia islámica que hoy enfrenta con valentía y con una cuota increíble de sacrificio al enemigo sionista e imperial, haciendo una vez más valer al honor de la libertad y la dignidad frente a la opresión y la injusticia.
Hoy la resistencia inspirada en el ejemplo del señor de los mártires, el Imam Husein, la paz sea con él, ha crecido en fuerza y se ha convertido en una pesadilla para los sionistas y todo el sistema de la incredulidad mundial en contra de los pueblos en los cinco continentes. Si hasta ayer, los israelíes estaban acostumbrados a asesinar y no pagar ningún precio por ello, hoy la resistencia le está haciendo pagar caro su atropello con una lluvia de misiles que han devuelto algo de su medicina a sus verdugos. Hoy las autoridades sionistas se alarman al ver que los palestinos, el eslabón más debilitado de la férrea cadena de la resistencia islámica, les contestan con un poder de fuego mucho mayor al de unos años atrás cuando eran atacados en el 2009. Se preguntan qué les esperará en unos años más con los otros eslabones de la resistencia como el Hizbullah o el propio Irán si osan atacarlos. Los palestinos le están haciendo ver que la situación cambió, de ahora en más, los israelíes tendrán que pensarlo muy bien antes de comenzar una agresión.
Netanyahu ordenó asesinar al gran comandante palestino, Al Yabri con fines electorales, pero este crimen hará que nunca logre su propósito, no está lejos el día que sea objeto del repudio entre sus propias filas y su destino mundano sea el de los dictadores asesinos y en la otra vida, las llamas del infierno.
Obama dice -invirtiendo las culpas, para presentar a Hamas como agresor, que "ningún país pueda aceptar que le lancen misiles de afuera". Pero antes, lo que ningún país y pueblo puede aceptar es que vengan de afuera y le roben la tierra, lo torturen, lo expulsen con acciones terroristas de sus casas y los obliguen por años a vivir en carpas en los países vecinos, que los humillen y que les destruyan y roben todas sus cosas, que los obliguen a vivir en un campo de concentración bloqueados por tierra, agua y mar como es Gaza y le maten a su gente como política electoral.
Algunos preferirían una presión pacifista para frenar los crímenes sionistas, eso es lo que hacen los manifestantes en todas partes del mundo, pero, ¿cuándo los gobiernos poderosos o los sionistas escuchan estos gritos de la gente y detienen sus acciones? No obstante, nos plegamos a estos gritos, debemos llenar la tierra de ellos, hasta hacerlo ensordecedor para los agresores y arrinconar a los criminales del pueblo palestino y de todo pueblo que se levanta por sus derechos y libertad.  Lo que nadie puede hacer, es negarle el derecho humano esencial al pueblo palestino a defenderse y a rebelarse a ser reducidos a la esclavitud por el sionismo en su propia tierra. Equiparar la violencia de un pueblo que se defiende con la violencia agresiva y mil veces superior del régimen de ocupación es un despropósito, sino una mera complicidad con el agresor.
Que Dios de el triunfo a Palestina y su ansiada y merecida libertad

fuente: islammdp.blogspot.com

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