19.7.11
Corán, Ramadán y ayuno
Ramadán y ayuno en el Corán
«¡Creyentes!; Se os ha prescrito el ayuno, al igual que se prescribió a los que os precedieron. Quizás, así, temáis a Allah» 2:183
«Días contados. Y quien de vosotros esté enfermo o de viaje, un número igual de días. Y los que, pudiendo, no ayunen podrán redimirse dando de comer a un pobre. Y, si uno hace el bien espontáneamente, tanto mejor para él. Pero os conviene más ayunar. Si supierais...» 2:184
«Es el mes de ramadán, en que fue revelado el Corán como dirección para los hombres y como pruebas claras de la Dirección y del Criterio. Y quien de vosotros esté presente ese mes, que ayune en él. Y quien esté enfermo o de viaje, un número igual de días. Allah quiere hacéroslo
fácil y no difícil. ¡Completad el número señalado de días y ensalzad a Allah por haberos dirigido! Quizás, así seáis agradecidos» 2:185
«Durante el mes del ayuno os es lícito por la noche uniros con vuestras mujeres: son vestidura para vosotros y vosotros lo sois para ellas. Allah sabe que os engañabais a vosotros mismos. Se ha vuelto a vosotros y os ha perdonado. Ahora, pues, yaced con ellas y buscad lo que Allah os ha prescrito. Comed y bebed hasta que, a la alborada, se distinga un hilo blanco de un hilo negro. Luego, observad un ayuno riguroso hasta la caída de la noche. Y no las toquéis mientras estéis de retiro en la mezquita. Éstas son las leyes de Allah, no os acerquéis a ellas. Así explica Allah Sus aleyas a los hombres. Quizás, así, Le teman» 2:187
«Llevad a cabo la peregrinación mayor y la menor por Allah. Pero, si os veis impedidos, ofreced una víctima conforme a vuestros medios. No os afeitéis la cabeza hasta que la víctima llegue al lugar del sacrifi cio. Si uno de vosotros está enfermo o tiene una dolencia en la cabeza, puede redimirse ayunando, dando limosna u ofreciendo un sacrifi cio. Cuando estéis en seguridad, quien aproveche para hacer la peregrinación menor, mientras llega el tiempo de la mayor, que ofrezca una víctima según sus posibilidades. Pero, si no encuentra qué ofrecer, deberá ayunar tres días durante la peregrinación mayor y siete a su regreso, esto es, diez completos. Esto atañe a aquél
cuya familia no reside en las cercanías de la Mezquita Sagrada. ¡Temed a Allah! ¡Sabed que Allah es severo en castigar!» 2:196
«Un creyente no puede matar a otro creyente, a menos que sea por error. Y quien mate a un creyente por error deberá manumitir a un esclavo creyente y pagar el precio de sangre a la familia de la víctima, a menos que ella renuncie al mismo como limosna. Y si la víctima era creyente y pertenecía a gente enemiga vuestra, deberá manumitir a un esclavo creyente. Pero, si pertenecía a gente con la que os une un pacto, el precio de sangre debe pagarse a la familia de la víctima, aparte de la manumisión de un esclavo creyente. Y quien no disponga de medios, ayunará dos meses consecutivos, como expiación impuesta por Allah. Allah es omnisciente, sabio»4:92
«Allah no os tendrá en cuenta la vanidad de vuestros juramentos, pero sí el que hayáis jurado deliberadamente. Como expiación, alimentaréis a diez pobres como soléis alimentar a vuestra familia, o les vestiréis, o manumitiréis a un esclavo. Quien no pueda, que ayune tres días. Cuando juréis, ésa será la expiación por vuestros juramentos. ¡Sed fi eles a lo que juráis! Así os explica Allah Sus aleyas. Quizás, así, seáis agradecidos» 5:89
«¡Creyentes! No matéis la caza mientras estéis sacralizados. Si uno de vosotros la mata deliberadamente, ofrecerá como víctima a la Kaaba, en compensación, una res de su rebaño, equivalente a la caza que mató -a juicio de dos personas justas de entre vosotros-, o bien expiará dando de comer a los pobres o ayunando algo equivalente, para que guste la gravedad de su conducta. Allah perdona lo pasado, pero Allah se vengará del reincidente. Allah es poderoso, vengador» 5:95
«Quienes se arrepienten sirven a Allah, Le alaban, ayunan, se inclinan, se prosternan, ordenan lo que está bien y prohíben lo que está mal, observan las leyes de Allah...¡Y anuncia la buena nueva a los creyentes!» 9:112
«Allah ha preparado perdón y magnífi ca recompensa para los musulmanes y las musulmanas, los creyentes y las creyentes, los devotos y las devotas, los sinceros y las sinceras, los pacientes y las pacientes, los humildes y las humildes, los que y las que dan limosna, los que y las que ayunan, los castos y las castas, los que y las que recuerdan mucho a Allah» 33:35
«Quien no pueda hacerlo, deberá ayunar durante dos meses consecutivos antes de cohabitar de nuevo. Quien no pueda, deberá alimentar a sesenta pobres. Para que creáis en Allah y en Su Enviado. Éstas son las leyes de Allah. Los infi eles tendrán un castigo doloroso» 58:4
«Si él os repudia, quizá su Señor le dé, a cambio, esposas mejores que vosotras, sometidas a Él, creyentes, devotas, arrepentidas, que sirven a Allah, que ayunan, casadas de antes o vírgenes»
66:5
Hadiz y Ramadán:
Consejos para el ayunante
El mes de Ramadán es el mes de Allah, Señor de los Mundos, y es el más noble de los meses. Un mes en el que se abren las puertas del cielo, las de los paraísos, y las de la misericordia, y en el que se cierran las puertas del Infi erno. En este mes hay una noche en la cual la adoración a Dios es mejor que adorarlo en mil meses.
Entonces pues, pon atención a tu alma en él, y observa cómo pasas en él tu noche y día, y cómo preservas tus órganos y miembros de la desobediencia a tu Señor. ¡Pobre de ti! Que seas en tu noche de entre los durmientes, y en tu día de entre los negligentes del recuerdo de tu Señor, puesto que (encontramos) en el hadiz, que Allah -Majestuoso e Imponente- libera al fi nal de cada uno de los días del mes de Ramadán, al momento del Iftar, a miles y miles de personas
del Fuego. Y, cuando es la noche o el día del viernes, Allah libera del Fuego, en cada hora, miles y miles de personas a quienes les correspondía el castigo, y libera en la última noche y día del mes,
en la medida de los que liberó en todo el mses. Así pues. ¡pobre de ti, oh querido! que fi nalice el mes de Ramadán y permanezca aun en ti algún pecado. Y ¡pobre de ti! que te vuelvas de entre los pecadores que son privados del pedido de perdón y la súplica. Así, se narró del Imam As-Sadiq -que la paz sea con él- que:
“Quien no es perdonado en el mes de Ramadán no es perdonado hasta el año siguiente, a menos que se haga presente en (el desierto de) Arafah (en la peregrinación)”.
Preserva tu persona de aquello que Allah prohibió y de desayunar con algo ilícito para ti. Y actúa según lo que aconsejó nuestro señor As-Sadiq -que las bendiciones y paz de Allah sean sobre él- al decir:
“Cuando estés ayunando, entonces que ayunen tus oídos, tu vista, tu cabello, tu piel y todos tus miembros, o sea, (que ayunen o se abstengan) de las cosas prohibidas, e incluso también de las cosas desaconsejables (o makruh)”.
Y dijo -la paz sea con él-:
“Que tu día de ayuno no sea igual que el día en que no ayunas”.
Y dijo (P):
“Ciertamente que el ayuno no es (abstenerse) solamente de la comida y la bebida, entonces pues, cuando ayunéis, proteged vuestras lenguas de la mentira, y bajad vuestras miradas ante aquello que Allah prohibió. No disputéis entre vosotros, no os envidiéis, no hagáis maledicencia unos de otros, no riñáis, no juréis (en falso, ni tampoco verdaderamente), no os agraviéis, no os insultéis, no os oprimáis, no os injuriéis, no os fastidiéis entre vosotros, y no seáis negligentes del recuerdo de Allah, ni del Salat. Imponeos el silencio, la paciencia y la veracidad, y apartaos de la gente del mal. Absteneos de las palabras falsas y de la mentira, de calumniar, de ser hostiles, de suponer
mal, de la maledicencia y de la calumnia. Y consideraos prontos a partir hacia la otra Vida, de entre los que esperan (para vuestros días) la manifestación del Qa’im (P) de la familia de Muhammad -las bendiciones y la paz sean con él y su purificada descendencia-, y de entre los que esperan lo que Allah os ha prometido, hallándoos aprovisionados para encontrar a Allah. Y debéis comportaros con la calma, solemnidad, humildad, sumisión y mansedumbre de los siervos temerosos de su amo, mientras os encontráis temerosos (del castigo de Allah) y esperanzados (de Su misericordia). ¡Oh tú, ayunante! Que tu corazón se haya purificado de los defectos, que tu pensamiento se haya depurado de lo pérfido, y que tu cuerpo se haya limpiado de las suciedades.
Que tú te hayas desentendido por Allah de otro que Él; que Le hayas tornado sincero tu reconocimiento de la potestad divina (wilaiah); que hayas sofocado aquello que Allah te prohibió, tanto en privado como públicamente, y que hayas temido a Allah como debe ser temido tanto en
tu privacidad como al encontrarte en público. Que hayas otorgado tu alma a Dios en los días de tu ayuno; que hayas vaciado tu corazón para dejarlo en exclusiva para Él, y para Él hayas erigido tu alma en aquello que te ordenó y hacia lo cual te exhortó.
Si es que hiciste todo eso, entonces habrás ayunado para Dios en la real concepción del ayuno, llevando a cabo por Él lo que te ordenó; y todo aquello que te falte de lo que te expliqué, entonces en esa misma medida habrá disminuido (la valía) de tu ayuno.
Ciertamente que mi padre (la paz sea con él) dijo: “El Mensajero de Dios -las bendiciones y la paz sean sobre él y su purificada familia- escuchó a una mujer insultar a su esclava, en tanto que estaba ayunando. Entonces el Enviado de Dios (PBd) pidió comida y le dijo (a la mujer): “¡Come!”. A lo que ella dijo: “¡Yo estoy ayunando, oh Mensajero de Dios (PBd)!”. Entonces dijo (PBd): “¿Cómo es que estás ayunando siendo que has insultado a tu esclava?
Por cierto que el ayuno no es (abstenerse) de la comida y la bebida, sino que Allah dispuso ello como un velo para otros asuntos fuera de esas dos cosas, de entre las inmoralidades de la acción y la palabra. ¡Qué pocos ayunantes y qué tanta es el hambre!”.
Y dijo Amir Al-Mu’minin ‘Ali (P):
“¡Cuánto ayunante hay que no obtiene de su ayuno más que sed (y hambre), y cuántos que se erigen (en oración) y que no obtienen de ello excepto cansancio!. ¡Bien por el sueño de los listos! (que es mejor que la vigilia y adoración de los necios) y por el desayuno de los mismos! (que es
mejor que el ayuno de los necios)”.
Se transmitió de Yabir ibn Iazid, de Al-Baqir (P), quien dijo:“Dijo el Mensajero de Dios (PBd) a Yabir ibn ‘Abdullah:
‘¡Oh Yabir! Éste es el Mes de Ramadán. Quien ayune en su día, se ponga de pie (en adoración) parte de su noche, preserve su estómago y partes pudendas, y resguarde su lengua, por cierto que habrá salido de los pecados, tal como sale del mes’. Dijo Yabir: ‘¡Oh Mensajero de Dios (PBd)! ¡Qué hermoso hadiz!’. Y dijo el Enviado de Dios (PBd): ‘¡Pero qué difíciles condiciones!’”.
Extraido de "Ramadan" Equipo de redacción de la Biblioteca Islámica Ahlul Bait (P)
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