Cuando la hermana Heba me invitó a participar y compartir mi experiencia personal acerca de éste Bendito mes de Ramadán, me alegro muchísimo, es de veras un honor poder hacerlo.
Yo siento que Ramadán es realmente un mes lleno de bendiciones, recompensas, amor y alegría.
Si uno tiene la bendición de estar próximo y asistir a alguna Mezquita o Centro Islámico, lo que yo pueda llegar a describir se respira en el aire. Todos están contentos y con el espíritu bien arriba, te reencontrás con gente a la cual quizás hace mucho que no veías, conocés nuevos hermanos, compartís la comida, rompés el ayuno y hacés las oraciones junto con ellos. Hay charlas especiales que te sirven para aprender más y te ayudan a mejorar no solo como musulmán sino como persona.
Pero no solo pasa por compartir toda ésta alegría en grupo, uno mismo nota el cambio dentro de sí.
Te esforzás por cumplir mejor los horarios de tus Oraciones o, en mi caso, mejorar el modo en que las hago. Te sentís más agradecido por las bendiciones que Allah te ha otorgado espiritual y materialmente y hacés súplicas por los que han sido menos favorecidos para que Allah los ayude y los guarde.
Cumplir cada día con el ayuno es complicado para algunas personas, sin embargo se esfuerzan y ponen la mejor voluntad para hacerlo, mas cuando llega el horario donde ya uno rompe con el ayuno y puede comenzar a comer, te sentís más bendecido y agradecido por tener enfrente tuyo un plato de comida para alimentarte.
Éste mes también le ayuda a uno a crecer como ser humano: aprendés a disculpar y a perdonar, a dejar rencores de lado, porque deseás estar bien y compartir la alegría junto con tus hermanos. A ser agradecido por todo lo que Allah te ha dado e intentás ser más solidario con quienes lo necesitan.
Me siento particularmente feliz en éste Ramadán, porque si bien no es el 1ro sino el 2do, para mí es como si fuera el 1ro. Finalmente comprendí porque Ramadán es un mes tan importante y Sagrado para los musulmanes, porque nos esforzamos el doble, porque está lleno de bendiciones y de recompensas y porque muchas veces uno siente durante el transcurso del mes que los ojos se le llenan de lágrimas por la emoción de estar viviendo éste hermoso momento.
Y doy gracias enormes a Allah por haberme dado la oportunidad ver nacer y transcurrir otro Ramadán.
Hermanos y hermanas que tengan un Bendito Ramadán, que Allah acepte nuestro ayuno, perdone nuestros errores, nos siga guiando por el buen camino y nos ayude a seguir hermanados y alegres como en éste Sagrado y Bendito mes durante todo el año. Salam Alaikum. Cariños para todos. Hna Farah Mariela.
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