17.8.11

Relación entre el hombre y la mujer en el matrimonio

En la actualidad somos testigos de que los motivos del divorcio y conflictos matrimoniales, incluyendo la violencia familiar son cada vez más elevados. (Parecería ser que la forma que encuentran muchas personas de salir de sus problemas y presiones es a través de estas prácticas).

Sin embargo, si hiciéramos un sondeo de los efectos que producen las mismas, el sentido común nos indicaría que son más los perjuicios, no sólo personales sino sociales, que los beneficios que a partir de ellos se generan.

En un intento de buscar las posibles causas que provocarían estos conflictos tomamos como punto de partida la falta de conciencia y preparación para el matrimonio, ya que si se conociesen sus bases, principios y objetivos, muchos de estos divorcios y dificultades no se producirían.

Sabemos que los índices más elevados de divorcios se dan en las denominadas sociedades “occidentales y cristianas” a pesar de que el divorcio hasta hace algunos años estuvo prohibido. Paradójicamente. en sociedades islámicas, a pesar de que el mismo no está prohibido en la forma estricta en que se presentó en otras sociedades, no alcanza esos índices.

Sin embargo, en la actualidad, con el acelerado proceso de “globalización”, que en realidad muchas veces toma la forma de una verdadera “invasión cultural”, ninguna sociedad está exenta de padecer estos problemas.

Y dado que el Islam es un “modo de vida” y no sólo enseña la forma en que debemos relacionarnos con Dios sino que sus preceptos abarcan diferentes aspectos de la vida del hombre, vemos conveniente recurrir a sus enseñanzas.

Este artículo tiene como finalidad esclarecer los objetivos del matrimonio para así tratar de ver la forma en que aquellas parejas que están en conflicto puedan mejorar su relación matrimonial en base al conocimiento de los mismos. Si bien el enfoque es desde una óptica islámica no es exclusivo para una sociedad islámica.

Muchas veces vemos que los conflictos en la pareja se presentan de diversas formas, ora por rivalidades de los egos. ora por diferencias culturales, ora por diferencias de criterios y objetivos en la vida.

Sea cual fuere el motivo el Islam aconseja la buena relación, llegar a un acuerdo en buenas maneras y jamás permite la falta de respeto, la opresión o la violencia como medios para salir del mismo.

Con frecuencia y lamentablemente. encontramos que en la mayoría de los casos la opresión se ejerce sobre la mujer. quien tiende a afligirse y deprimirse con más facilidad que el hombre y que generalmente carga con ello durante toda su vida sin saber cuál sería el mejor camino a seguir.

Es común ver que muchas de ellas optan por el divorcio, pensando que ello las liberarla de tal sufrimiento y opresión. Otras deciden soportar tal angustia toda una vida, resignándose a su “maldito destino”, rindiendo una suerte de “culto al “hombre”, aceptando su rol de esposa “obediente y sumisa”, sin considerarse a sí misma la otra parte que complementa a la pareja, y como tal, un ser humano absolutamente responsable de sus actos en este mundo y en su relación con Allah y los hombres.

Otros matrimonios están en permanente disputa, compitiendo permanentemente con sus conductas, opiniones y puntos de vista, rivalizando siempre y tratando de prevalecer el uno sobre el otro.

Estas situaciones tan frecuentes son normales Acaso el divorcio suele ser “la solución” para el ser humano, tanto hombre como mujer Acaso no será un “disparar” y consecuentemente el cambio de un tipo de conflicto, por otros mucho peores ?Y si fuese “la solución” en cuántos casos de tantos casos lo ha sido, realmente? ¿Ser la esposa obediente y sumisa es lo que Allah deseó para la mujer, aún cuando el comportamiento del hombre para con ella no sea el adecuado ni el que Dios le prescribió?

¿El estado de disputas permanentes y la rivalidad en la pareja es el adecuado y el mejor para el alma del ser humano? El saber que “Yo domino” o “yo no me voy a dejar llevar” ¿trae, satisfacción y felicidad, o por el contrario trae un vacío interno que lo conduce a sentirse sólo y acompañado de alguien que no colma sus aspiraciones?

A continuación, intentaremos mostrar algunos lineamientos básicos para mejorar, primero como seres humanos, y luego, en relación con los demás y en especial con la pareja.

Para ello debemos remontarnos en primer lugar a lo más primordial que es conocer los objetivos del matrimonio para luego saber si la vida que uno lleva va acorde con ellos, y si no es así comenzar a replanteárselos.

Para hablar de este tema no quiero limitar este escrito a una mera opinión personal sino que prefiero referirme a las fuentes islámicas.

“Al respecto vemos que el Islam nos enseña que el objetivo básico del matrimonio estriba en:

a) Asegurar una atmósfera confortable para el marido y la mujer,

b) Dar a luz una nueva generación, criando a los hijos de manera saludable, en la fe y la virtud

El Corán dice:

“Y entre Sus signos está el haberos creado esposos nacidas entre vosotros para que os sirvan de quietud y el haber suscitado entre vosotros el afecto y lo bondad. Hay en ello, hay signos para gente que reflexiona.” (30:21)


Un matrimonio que sigue el Corán debería ser siempre una fuente de confort mutuo y sus mutuas relaciones deberían estar muy por encima del simple goce sexual, alcanzando el estadio de la amistad cordial acompañada de la mutua benevolencia y compañerismo.

El matrimonio no es simplemente un instrumento para legalizar las relaciones sexuales sino que es un acuerdo que une las existencias de los esposos dando un nuevo color y un nuevo ritmo a sus vidas.

Saca de la soledad privilegiando a la pareja en vez de al individuo solo, y los hace complementarios.

a) Existe también una responsabilidad moral y humana que podemos resumirías en dos máximas:

la Mutua confianza, cuya manifestación práctica es la cooperación entre los esposos para hacer su vida común regular y tranquila.

b) Abstinencia de todas las cosas que puedan enturbiar su confianza mutua.

Estas dos máximas pueden parecer a simple vista contradictorias. Por un lado se pide la mutua confianza y por otro no hacer nada que enturbie la confianza. Uno podría decir entonces,

En realidad a lo que se refiere la 28 máxima es que hay determinadas circunstancias o situaciones que provocan en el otro cierto grado de inquietud, miedos ya sea por experiencias desagradables en el pasado, ya sea por que ello es motivo permanente de conflicto en la pareja. Entonces, conociendo esas cosas que aunque parezcan “insignificantes” son motivo de discordia y desconfianza se deben evitar. Y ello no debería tomarse como una falta de confianza del otro, o una sumisión sana hacia éste, sino un paso para fortalecer la confianza y aumentar el respeto del uno hacia el otro y recíprocamente.

El divorcio ante Dios tiene un carácter detestable no se debería recurrir con ligereza al mismo, sin necesidad o por capricho. La tradición islámica ha descripto el divorcio innecesario y causa de apartamiento de las bendiciones de Dios. (Ver Mustadrak al Uaisl, vol 3, pág.2)

El Islam ha sugerido ciertas medidas precautorias para evitar el divorcio en tanto sea posible:

. Ha sido puesto un gran énfasis en la elección de la mujer.
. Han sido hechas muchas recomendaciones en lo que hace al buen trato a la mujer, disimulando o disculpando los pequeños errores propios de la vida.

. Autocontrol frente a los repentinos arrebatos de cólera y acciones apresuradas.

· Formación de un consejo familiar para disolver las diferencias que se presentan entre marido y mujer.

Es posible que las relaciones entre el marido y la mujer se vuelvan tirantes a veces, con las consecuentes diferencias y regaños. El Islam sugiere que en tales casos debería ser encontrada una manera de resolver la diferencia inmediatamente, y no hablar de separación con ligereza. No todos los casos de relaciones tirantes deben llevar al desengaño en cuanto a la restauración del cariño y el afecto. En la mayoría de los casos es posible rectificar las posiciones.

En caso de que no sea posible para el matrimonio superar por ellos mismos las diferencias, el caso debería ser considerado por una corte familiar consistente de dos árbitros, uno elegido de la familia del marido y otro de la familia de la mujer. Los árbitros deberían ser comprensivos y con experiencia para poder escuchar los puntos de vista de ambas partes y tratar de reconciliarlas.

Dice el Corán
“Si teméis una ruptura entre los esposos, nombrad un árbitro de la familia de él y otro de la de ella. Si desean reconciliarse, Dios hará que lleguen a un acuerdo”.

Obviamente, un árbitro debería ser una persona de fiar, buen conversador y adecuado para un arbitraje justo. Los dos árbitros deben ser elegidos entre los miembros de las dos familias porque se espera que conozcan el temperamento de los esposos así como sus cuestiones familiares y también, porque generalmente, estarán interesados en arreglar sus diferencias…” (Extraído de: introducción a la Filosofía del Islam”. Por M. H. Beheshti y M.Y Bahonar)

De lo anteriormente expuesto se deduce que las recomendaciones que da el Islam son hacia la pareja y no solo a la mujer. Recomendando la conducción de la familia al hombre y asignándole a la mujer el rol del control y bienestar de la misma. Obedeciendo los requerimientos de su marido para lograr una unidad, fortalecimiento y armonía familiar. No por ello le confiere un rol inferior sino un complemento. Por eso cada mujer musulmana así como no debe guiarse de los movimientos feministas para defender sus derechos, no podemos decir que el camino es el silencio, la obediencia y el sometimiento cuando el hombre no cumple con ella con un trato respetuoso como ser humano siquiera.

Dijo el Imam Ali (P): “No debe ser obedecido quien desobedece al Creador”

Y ciertamente que si el marido falta el respeto a la esposa,(el respeto es derecho de todo ser humano) ya sea menospreciándola como madre y esposa, por supuesto que está desobedeciendo al Creador. Y en ese marco, por mas paciencia y unión con Dios que la mujer pretenda obtener, y por más que piense en el bienestar de sus hijos, si ambas partes no se proponen a si mismas encontrar el camino de la felicidad juntos siendo uno del otro “Libas”: (“ropa”, en el sentido de cobertura, protección), como los denomina el Corán: (buscar aleya), no podrán llegar a la meta deseada porque la forma no son ni las discusiones y rivalidad de los egos como tampoco la sumisión y obediencia ciega. Si es así ya no se podría hablar de un complemento sino de un opresor y un oprimido. Y Dios condena tanto al opresor como al oprimido que no reclama sus derechos en la forma que el Islam lo recomienda.

En este sentido hay que saber distinguir si el problema es una simple rivalidad de los egos o si hay una conducta errónea de una de las partes. En el primer caso se deben aplacar los temperamentos de ambos y tomar el criterio islámico. Y en el segundo caso el que actúa de acuerdo al Islam debe reprender al que está equivocado. Es una obligación de todo musulmán sea hombre o mujer recomendar el bien y prohibir el mal.

A continuación veo apropiado citar ciertas pautas de conducta familiar recomendadas por el Islam:

“Las mejores mujeres son aquellas que:

Son cariñosas y amables

Cuidan su pureza

No son arrogantes ni desobedientes con sus maridos.

Son fieles a sus maridos en su ausencia. (“Uasa’il AI-Shiah”, vol. 14, pág. 14)

Dijo el Imam Ali (P.):

“Sé amable con tu mujer y trátala bien. La afectuosidad la hará mejor, la mantendrá satisfecha y preservará su salud y belleza”.

“No impidas que tu mujer gaste para ella y sé generoso para lo del hogar. En esto no seas tacaño”.

“Por medio de tu corrección evita en tu mujer la mirada intencionada furtiva que generalmente abriga una idea de pecado”.

“Tu conducta para con ella debería ser tal que no pueda pensar en medios ilícitos para satisfacer sus deseos lícitos”.

“No procedas con ella de manera que pueda advertir cuando estás desanimado o sexualmente exhausto”. (Tomado de AI-Kafi, vol. 5 pág. 51) (Extraído de Introducción a la Filosofía del Islam)

Estas son pautas de comportamiento universales, para toda mujer musulmana o no musulmana, occidental u oriental, que sea creyente y que crea en que ni Dios ni el destino la condenaron a soportar lo que no merece ser soportado. El Islam no promete la felicidad celestial únicamente. Ya hemos dicho que la palabra” din “significa “modo de vida”, y como tal propone la felicidad tanto en este como en el otro mundo.

Estas recomendaciones no pretenden ser recetas mágicas, ya que no se logran de un día para el otro, ni son tan fáciles de cumplir, ni tampoco suficientes, muchas veces como para revertir situaciones.

Pero tampoco son imposibles de concretarse. De ninguna manera Al contrario, son bastante esperanzadoras y creemos que lleva al ser humano a lograr una armonía en todos los aspectos de su vida. como primer paso, para poder comenzar a cumplir con ellas sería tomar como principales aliados en este emprendimiento, la paciencia, la súplica constante, la confianza en Dios y en Su respuesta, la perseverancia. Pero todo ello unido a la acción.
“Ciertamente Dios no cambia la situación de un pueblo hasta que éste no se cambia a sí mismo” (Sura 13, aleya II).


El Sagrado Corán dice constantemente “quienes creen y obran bien”. La fe sin obras o sin acción es como un solo pilar de la felicidad, estando ausente el otro. Si adherimos a la acción y abandonamos la fe, tampoco procedemos correctamente. Así entendemos que la perfección del ser humano depende de su fe (la cual está basada en su razón pero no sólo en ella).

Y la familia podemos decir que es la Unidad social más básica y que del accionar de sus miembros depende su futuro.

A partir de que cada uno se someta sinceramente a Dios y se encomiende a Él en sus asuntos y tenga una conducta basada en el conocimiento de los preceptos divinos, sus derechos y obligaciones, el ser humano estará capacitado para lograr no sólo cualquier cambio en su vida y su familia sino que podrá ayudar a los demás construyendo así una sociedad más sana. Imitará así la conducta profética, ya que la vida que se hace bajo la ley del Islam unifica criterios y ello trae armonía en la relación entre los cónyuges .

1 comentario:

  1. Anónimo8/17/2011

    Salam, Hermana, InshAllah todas tengamos la felicidad y bendición de constituir una hermosa familia musulmana.
    Zainab

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